El embajador de Libia en España, Ajeli Abdussalam Ali Breni, ha emprendido hoy viaje de regreso a su país después de haber sido expulsado por el Gobierno español al representar a un régimen que ha perdido la legitimidad por la represión a la que está sometiendo a su pueblo. Ali Breni abandonó Madrid esta mañana, agotando el plazo de diez días concedido por el Ministerio de Asuntos Exteriores cuando le comunicó su expulsión el pasado día 16, han informado a Efe fuentes de la Embajada de Libia en España. El diplomático ha volado a Marruecos, donde hará escala para dirigirse a Djerba (Túnez). Las fuentes no han precisado si el embajador se desplazará por carretera a Trípoli desde esta localidad tunecina, donde está situado el aeropuerto más cercano a la frontera con Libia. Las conexiones aéreas entre España y Libia están canceladas desde que comenzó la misión militar de la OTAN de control del espacio aéreo el pasado 19 de marzo. El embajador, quien llegó a España en septiembre de 2009, se ha mantenido fiel a Muamar el Gadafi desde que estalló el conflicto entre las tropas del dictador y los rebeldes a finales de febrero. También han abandonado Madrid los tres funcionarios de la embajada libia acusados de realizar "actividades incompatibles con su estatus diplomático", como informó Exteriores cuando comunicó la expulsión de Ali Breni. Estos funcionarios regresaron a casa el pasado lunes, según las fuentes. Al frente de la legación ha quedado, como encargado de negocios, Hisham Tayeb, que hasta ahora ocupaba el puesto de segundo secretario. Junto a él, permanecen los diplomáticos dedicados a asuntos consulares y financieros, así como diversos empleados locales, añaden las fuentes. La embajada "opera con normalidad" ya que, entre otras tareas, sigue gestionando visados para los ciudadanos libios que quieren viajar a su país. El que siga abierta también responde al deseo del Gobierno español de que regrese un embajador que represente a Libia cuando se ponga fin al conflicto. Exteriores no prevé por ahora que un delegado del Consejo Nacional de Transición (CNT), el órgano que agrupa a la oposición a Gadafi, ocupe por ahora este cargo. La expulsión del embajador libio ha supuesto en la práctica la ruptura definitiva de las relaciones entre España y el régimen de Gadafi. A ello también ha contribuido la decisión de la titular de Exteriores, Trinidad Jiménez, de suprimir el puesto de embajador español en Trípoli. El Gobierno español cree que el CNT es el representante legítimo del pueblo libio y el que debe liderar el proceso de reconciliación, una vez que concluya el conflicto armado y Gadafi renuncie al poder. España tiene destacado en Bengasi, la capital de facto de los rebeldes, a un representante diplomático, José Riera, desde comienzos de mayo.