El puesto de Juan Vicente Herrera parece tener el recorrido asegurado. Aznar lo ocupó y llegó a presidente del Gobierno. También pasó por el mismo sillón Jesús Posada y fue ministro, al igual que Juan José Lucas. Pero su actual titular no quiere saber nada de la política de Madrid.

No debe ser fácil presidir una comunidad de nueve provincias, abrazadas por otras nueve comunidades autónomas e incluso por un estado, el portugués, del que se declara amigo.

--Una de las reformas institucionales pasa por un Senado de las autonomías.

--Bueno, hay un punto de partida en todo esto: el presidente del Gobierno parece embarcado en abrir debates que no concreta mediante propuestas. Parece todavía más un candidato que un presidente. Por tanto, a Castilla y León le interesa mucho saber cuál es el modelo de Senado que plantea Rodríguez Zapatero. No me vale que diga que no quiere opinar antes de conocer el parecer del Consejo de Estado. Hay un pacto constitucional y me inquieta que algunas fuerzas nacionalistas ya hablen de la preeminencia de la circunscripción autonómica sobre la provincial. En ese sentido quiero poner de relieve que Castilla y León, que es una tierra poco poblada, tiene sin embargo nueve provincias y una representación muy cualificada en el Senado.

--Pero se supone que las autonomías saldrán ganando.

--Comparto el objetivo de reforzar el papel del Senado como Cámara autonómica, no de segunda lectura, sino de primera, en los debates que afecten al Estado autonómico. Un foro, por lo demás, de consenso a través de la conferencia de presidentes. Yo eso lo comparto, pero mi duda es si para reforzar esas funciones es necesario modificar la Constitución. No hemos sido capaces de reformar el reglamento del Senado en estos años y ahora ¿vamos a serlo de cambiar la Constitución? Me preocupa que varíen los equilibrios, que se hable de asimetría, como ya hacen algunos nacionalistas. Por eso digo: señor Rodríguez Zapatero, usted gobierna, y usted debe tener una posición coherente que pueda defender en Cataluña, en Galicia o en Castilla y León.

--Atribuye a los nacionalistas la propuesta de darle más peso electoral a las autonomías frente a las provincias, a la hora de formar el Senado, pero Manuel Fraga, que es de su partido, piensa algo parecido.

--Todo eso son variaciones sobre el modelo. El debate lo permite todo, pero automáticamente ya estamos pensando en la presencia de cada comunidad en el Senado. No estamos preocupados de cuál va a ser la función. Por eso me parece un debate viciado, ya que quien lo plantea no lo formula desde bases concretas.

--¿Para qué debe servir la conferencia de presidentes?

--Para reforzar el principio de cooperación, que por fortuna no se termina ahí, sino que también radica en las conferencias sectoriales, que ya funcionan. Eso en cuanto a cooperación vertical. En la horizontal, importante sobre todo para que una comunidad como Castilla y León, abrazada por nueve autonomías, también pueda avanzar, sin recelos. Todos somos Estado y debemos movernos en la lealtad constitucional. Mire, he tenido más oportunidades de hablar con presidentes autonómicos en Bruselas, en el Comité de las Regiones, que en un marco institucional en España. Por tanto, le doy mucha importancia a esa conferencia. Será complicado sustanciar cosas entre 17 comunidades más un presidente del Gobierno, pero será importante que ahí haya debates.

--Habla usted de Bruselas. ¿Deben tener relaciones directas las autonomías con la Unión Europea?

--Como principio general, me siento bien representado por el Gobierno de España. Es mi Gobierno también. Y si no me representa bien, como es su obligación, ya tendré yo la oportunidad de demandárselo. Algunos están planteando, sin demasiada lógica, un protagonismo o una presencia demasiado activa ante la UE. Recuerdo que un expresidente autonómico que ahora es ministro de Defensa dijo que él, en Europa, se sentía mejor representado por el Gobierno de la nación que por algún presidente autonómico del que dudaba de su compromiso con el conjunto del Estado.

--Están anunciadas reformas de estatutos al menos en Euskadi, Cataluña y Galicia. ¿Castilla y León se plantea alguna?

--Nosotros reformamos el estatuto en 1999 y de aquella reforma quedan aún algunos aspectos por desarrollar, especialmente en materia de Justicia. Aquí tenemos una administración sobre el territorio, que es muy amplio: hablando de unos 100.000 kilómetros cuadrados, una de las regiones más extensas de Europa, que además tiene otra complicación: una población de dos millones y medio de personas distribuidas en 2.248 municipios, una cuarta parte de los de España. Pasa a la página siguiente