Joan Puigcercós se despertó ayer entre críticas. Le llovió de todo, y desde todos los lados, por haber acusado a los andaluces de no pagar impuestos y a los madrileños de gozar de una "fiesta fiscal", ambos a cargo de la cuenta catalana. Además de la Junta de Andalucía, los partidos y todos los candidatos a las elecciones del 28-N censuraron el fondo y las formas de la expresión del presidente de ERC. El protagonista de tanto alboroto solo admitió haber errado en las formas y, en cuanto al fondo, aportó cifras favorables a sus tesis para complementar su invectiva fiscal.

Antes incluso de la cascada de reacciones, Puigcercós difundió en su blog los números que más tarde explicó ante la prensa. Con su polémica frase --"Tenemos a la Agencia Tributaria instalada en Cataluña, mientras que Madrid es una fiesta fiscal y en Andalucía no paga ni Dios"--, trataba de denunciar que los empresarios catalanes pasan seis veces más inspecciones fiscales que sus homólogos andaluces.

Aunque en público no lo precisó, fuentes de ERC aseguraron que el dato se extrae de estudios realizados por entidades privadas, como la Fundación de las Cajas de Ahorros (Funcas), ya que Hacienda no da datos por territorios del total de inspecciones fiscales. Además, sostienen las mismas fuentes, el Gobierno de Aznar admitió esta diferencia de seis a uno en perjuicio de Cataluña en una pregunta parlamentaria, en 2000-2004.