Los responsables de la lucha antiterrorista se habían fijado el objetivo de detener a Mikel Albizu, Antza, antes de las elecciones generales. "No es que Antza pinte mucho, pero es un símbolo", reconoció a este diario un alto responsable que dio a entender que el ideólogo del nacionalismo radical vasco y miembro del triunvirato político de ETA se encontraba de algún modo controlado. Algunas fuentes señalan que Antza, que participó en los contactos de 1999 en Suiza con los emisarios de Aznar durante la tregua, ha residido en los últimos años en Austria, Bélgica y Francia.

Aunque supuestamente le tenían controlado, no esperaban que se reuniera con el también supuesto jefe etarra José Antonio Urruticoetxea, Josu Ternera, reclamado por el Supremo, y fuera con él al encuentro con Carod Rovira, dijeron las mismas fuentes. El tercer supuesto jefe de ETA es Alberto López de Lacalle, Mobutu.

Los mandos antiterroristas consideran más importante el control de los responsables de ETA que su detención cuando se trata de lograr información y pruebas para arrestar al mayor número posible de etarras.