El presidente de CiU, Artur Mas, anunció ayer en el Parlamento catalán la inmediata retirada de la querella criminal presentada contra el presidente de la Generalitat, Pasqual Maragall, dando por bueno que las excusas que éste había presentado por sus "excesos verbales" a los ciudadanos de Cataluña, incluían a los dirigentes, militantes y votantes de CiU.

Esta salida estuvo a punto de naufragar cuando Maragall contestó que quizá sería mejor que no se retirara la querella, para que nadie pensara en una componenda entre el Gobierno y el principal partido de la oposición. El no se lo iba a pedir. Mas aclaró que la decisión era suya.

La querella, presentada contra Maragall, el consejero Joaquim Nadal y el diputado de ERC Xavier Vendrell, la presentó CiU después de que Maragall dijera en un pleno sobre el Carmel que el problema de los nacionalistas se llamaba 3%, aludiendo al cobro de comisiones por obra pública cuando gobernaban.

LAS EXCUSAS El anunció de Mas tapó informativamente la moción de censura presentada contra Maragall por el Grupo Popular, y que se votará hoy. El president desoyó las invitaciones del líder del PP, Josep Piqué, para que explicara lo que había querido decir con el 3%, y para que aclarara si tenía pruebas.

En lugar de ello, Maragall se refirió al "incidente parlamentario" que se había producido en el debate del 24 de febrero. "Me hago responsable y pido formalmente excusas por la parte que me toca. Lo reiteré desde fuera de Cataluña estaba en Uruguay al decir: ´Todos hemos cometido excesos verbales´. Personalmente pido hoy excusas por esto. Y las pido a los ciudadanos de Cataluña, que son los destinatarios de estas excusas. Son los que se las merecen".

Mas anunció entonces la retirada de la querella, si bien pidió al presidente que no contradijera su interpretación de que esas excusas les incluían a ellos. El presidente de CiU añadió que la retirada de la querella no significaba que se pudieran restablecer las relaciones, porque estos días, dijo, se han roto muchos cristales y será muy dificil recomponerlos. Y lanzó una afirmación muy grave: CiU reconoce en Maragall al legítimo presidente del Gobierno de la Generalitat, pero no al presidente de Cataluña, algo que, según Mas, deberá ganarse. Tampoco reconoce el liderazgo de Maragall en la elaboración del Estatuto catalán. Pese a ello, garantizó que CiU trabajará en la ponencia estatutaria.

Maragall le replicó que el que decide quién es el presidente de Cataluña es el pueblo catalán y no CiU y que él presidirá "el impulso político" del Estatuto porque, si no, no ejercería de presidente de Cataluña. El president había dicho, en respuesta a Piqué, que daba plenas garantías a los ciudadanos de que "nadie tapará las vergüenzas de nadie", y que el tripartito tenía un compromiso con la transparencia y contra la corrupción. E invitó a los demás grupos a que se sumaran a ese compromiso.

ANDANADA POPULAR La jornada se abrió con la presentación de la moción de censura del PP. Josep Piqué lanzó una verdadera andanada contra Maragall. "Usted es un mal presidente ... Estaba prácticamente acabado y sólo ERC le permitió ser presidente de la Generalitat ... Esto le ha hecho un president condicionado, atrapado por acuerdos políticos Es un presidente que no manda, que no asegura la cohesión interna, que hace de reina madre, con un añadido: las reinas madre acostumbran a callar y procuran no comprometer a las instituciones". Y tras decir que sabía que hasta sus compañeros del PSC y del PSOE estaban hartos de él, le pidió que dimitiera.

Piqué reclamó a Maragall que explicara qué quiso decir cuando habló del 3%; que aclarase si tenía pruebas de corrupción; que si las tenía, por qué no las había llevado al juzgado, y que si no las tenía, porqué había lanzado aquella acusación. Maragall no se apartó del guión. Las respuestas, dijo, las debe dar la justicia (la fiscalía ha abierto unas pesquisas) y la comisión de investigación sobre el Carmel.