El ministro de Asuntos Exteriores, José Manuel García-Margallo, ha explicado hoy que su departamento se ha encontrado con una pluralidad de actuaciones, instituciones y administraciones implicadas en la acción exterior que necesitan una regulación "inmediata" para "dar orden y sentido" a su trabajo.

Con estas palabras García-Margallo ha defendido en el pleno del Congreso el anteproyecto de ley de acción exterior que ha presentado su departamento para superar una legislación que está, ha dicho, "absolutamente obsoleta".

En la sesión de control al Gobierno y en respuesta al portavoz del PP en la Comisión de Exteriores, José María Beneyto, ha considerado que el único sector cuya transformación no se completó en la transición fue el sector exterior y ha puesto como ejemplos el reglamento de la carrera diplomática, que data de 1955, y el decreto que regula los tratados internacionales, de 1972.

Según ha apuntado, España ha pasado de la dictadura a la democracia, se ha integrado en la UE y se ha abierto al mundo, lo que exige, parafrasenado al expresidente del Gobierno Adolfo Suárez, "hacer normal a nivel de ley lo que es normal a nivel de calle".

La ley, ha recordado, distingue la política exterior -las relaciones entre Estados soberanos cuya dirección corresponde al Gobierno de la nación- de la acción exterior, en la que participan multitud de sujetos, ya que muchas de las instituciones y de las administraciones públicas realizan parte de su labor en el extranjero.

Para coordinar y planificar esa acción, la ley encomienda al Consejo de Política Exterior la aprobación de una estrategia cuatrianual, un informe anual de evaluación, un plan director para la cooperación y el informe de la Marca España.

El portavoz popular ha coincidido con los objetivos del anteproyecto al considerar que urge dar coherencia y eficacia al trabajo que realizan en el exterior los diferentes ministerios, las comunidades autónomas y numerosos organismos públicos