Un acuerdo de los grupos municipales del PSOE, PA, IU y UPD, con la abstención de los ediles del PP, ha permitido aprobar una ordenanza municipal que prohíbe la asistencia de los niños menores de siete años a las corridas de toros en la localidad sevillana de Utrera.

Esta prohibición se enmarca dentro de una ordenanza más amplia que, entre otras medidas, prohíbe la utilización de animales en los circos y atracciones feriales, la donación de mascotas con fines publicitarios o el abandono de los animales.

La ordenanza del Ayuntamiento, gobernado por el Partido Andalucista, también prohíbe dar de comer a animales abandonados y perturbar la vida de los vecinos con ruidos emitidos por los animales, y establece una amplia tabla de sanciones que va desde los 75 a los 30.000 euros.

Esta polémica prohibición se ha sumado a otros condicionantes que han ido socavando la importancia taurina de una localidad que siempre ha sido considerada la cuna del toro bravo.

Esta tradición taurina se vio interrumpida especialmente a raíz del derribo del antiguo coso del Arrecife para construir en ese lugar una promoción de viviendas.

Aunque se anunció la construcción inmediata de un nuevo coso por el anterior alcalde en febrero de 2003, la definitiva inauguración se hizo esperar hasta septiembre de 2010 en medio del enfrentamiento de los grupos políticos de la ciudad por la composición del cartel inaugural en que no se había contado en un primer momento con un diestro local y la ampliación presupuestaria necesaria para abrir el coso con las suficientes garantías.