El fallecimiento ayer del senador y secretario general del PSN, Carlos Chivite, ha conmocionado a la familia socialista. Tras permanecer ingresado un mes en la unidad de cuidados intensivos del Hospital de Navarra, no pudo superar el ictus cerebral que sufrió en plena campaña electoral. Su trágica muerte, cuando apenas contaba con 51 años, obliga a su partido a acometer su sustitución, una tarea complicada ante el delicado momento interno que atraviesa el PSN.

El dirigente, casado y con dos hijas, falleció a las 13.30 horas y fue trasladado a su localidad natal, Cintruénigo. La capilla ardiente quedó instalada en el salón de plenos del ayuntamiento. Durante las últimas semanas, y ante el pesimismo de los informes médicos, ha sido la vicesecretaria general del PSN, Elena Torres, quien ha tomado las riendas del partido. En julio, el congreso ordinario del PSN abordará su relevo. Ese congreso es una cita esperada, ya que debe ser el foro para reconducir las tensiones entre las familias del socialismo navarro. El propio Chivite padeció en primera persona las últimas crisis. Su nombramiento como secretario general en el 2004, al vencer muy ajustadamente a Juan José Lizarbe, dejaba patente la división tras los malos resultados electorales del 2003. Los problemas se acrecentaron en el 2006, cuando el PSOE impuso a Fernando Puras como cabeza de lista al Parlamento, por delante de Chivite.

Menos problemática será su sustitución en el Senado, ya que su puesto pasará al primer suplente, Javier Sanz Carramiñana. Chivite había ocupado asiento en esta cámara en las dos últimas legislaturas, y el 9 de marzo, tras sufrir una hemorragia cerebral, volvió a ser elegido.