De las casi 2.000 personas que resultaron heridas en el atentado islamista del 11 de marzo del 2004 en Madrid, una mujer permanece en coma y al menos otras 13 víctimas reciben asistencia médica en hospitales, sin contar aquellas que están en tratamiento por síndrome posraumático.

Isabel Casanova, vocal de la Asociación 11-M Afectados por el Terrorismo, ha confirmado que Laura Vega, que entonces tenía 26 años y se dirigía a su trabajo cuando le alcanzó una de las explosiones en la estación de Atocha, continúa en estado vegetativo.

Además, según datos del Servicio Madrileño de Salud facilitados a Efe, cinco víctimas reciben atención médica en diferentes consultas externas del hospital Gregorio Marañón, tres en el Príncipe de Asturias (Alcalá de Henares), dos en La Paz, otras dos en el Clínico San Carlos y una en el hospital de Getafe.

Como consecuencia de las explosiones de las bombas que los terroristas colocaron en cuatro trenes de la red de Cercanías murieron 191 personas y casi 2.000 resultaron heridas.