El Gobierno de Aznar reaccionó generosamente a la tregua de una semana con la que le recibió ETA al llegar a la Moncloa. El 24 de junio de 1996, con el funcionario de prisiones José Antonio Ortega Lara secuestrado, ETA proclamó un paréntesis de siete días en sus acciones. Jaime Mayor Oreja, ministro del Interior, ordenó el traslado de 33 presos de ETA a cárceles que no distaran más de 300 km del domicilio. Los terroristas obviaron la petición de los partidos firmantes del Pacto de Ajuria Enea para que prolongara el alto el fuego y liberara a Ortega Lara. Todos los partidos, menos HB, instaron a ETA a seguir la tregua.