La mesa de diálogo entre Gobierno y Generalitat es ya una realidad. Todavía no hay fecha fija para su primera convocatoria, pero la intención de Pedro Sánchez y Quim Torra es que sea antes de que termine el mes. Con este instrumento que pactaron PSOE y ERC ya casi materializado, queda por ver cuántas sillas hay que poner en torno a la mesa. Ambos presidentes tendrán asiento seguro. También Pablo Iglesias, como confirmó ayer el propio vicepresidente del Gobierno. La entrada del líder de Unidas Podemos, una posibilidad que avanzó este diario, podría forzar una cuarta silla para el vicepresidente del Gobierno catalán y dirigente de Esquerra, Pere Aragonès.

«El presidente me ha pedido que esté y mi obligación es estar», señaló Iglesias ayer para destacar que su presencia en el diálogo con el Ejecutivo catalán responde a un deseo de Sánchez. Fuentes de la Moncloa ya aseguraron la pasada semana a este diario que el vicepresidente segundo era uno de los candidatos a formar parte de la delegación del Gobierno. Además, su presencia serviría para que los republicanos -artífices de la negociación con los socialistas que tuvo como resultado esta mesa- puedan tener voz en el debate. Sin embargo, el secretario general de Podemos no quiso aclarar qué otros dirigentes tomarán parte.

«MANO IZQUIERDA» / Lo que sí dejó claro, en una entrevista en La Sexta, es que se va a «esforzar mucho» y que va a «tratar de ser útil» a España. Además, repitió su receta para solucionar el conflicto catalán que ya casi ha convertido en su mantra: «Diálogo, diálogo y diálogo». «Lo que vayamos a hacer a partir de ahora va a requerir de mucha mano izquierda y vamos a poner todo lo que tenemos para que esa negociación salga bien», apuntilló Iglesias. E insistió en su ya reiterada petición de acudir a la mesa con el pensamiento de que será necesario que todas las partes cedan para poder obtener resultados.

Todo apunta a que las cesiones aconsejadas por el vicepresidente deberán llegar antes de que empiece el diálogo y, muy posiblemente, en torno a la figura del mediador internacional que exigen desde JxCat. Fuentes del entorno del president insisten en que se trata de una reclamación que aprobó el Parlament en una moción gracias a los votos afirmativos de JxCat, ERC y la CUP.

«La experiencia de octubre del 2017 nos aconseja fervorosamente que no nos fiemos. La mejor manera es que nos pongamos de acuerdo en el relator que pueda dar testimonio de lo que estamos hablando», insistió ayer el expresident Carles Puigdemont desde Estrasburgo, informa Fidel Masreal. Sin embargo, desde el Gobierno descartan que se vaya a aceptar tal propuesta. Iglesias explicó que en las «reglas del juego» pactadas no se contempla esa figura. «Creo que los dos gobiernos podemos entendernos perfectamente», defendió el líder morado. Un tono similar usó la vicesecretaria general y portavoz parlamentaria del PSOE, Adriana Lastra, al apuntar que el diálogo debe ser «transparente» y «que los mediadores sean los 47 millones de españoles».

Fuentes conocedoras de la negociación aseguran que en la primera cita no se entrará de lleno en las posiciones que sostiene cada lado para encauzar el conflicto. Esperan evitar así un primer encuentro en el que se muestren de manera clara sus alejados posicionamientos. No obstante, buscarán pactar un calendario para futuras reuniones y una serie de normas que rijan el funcionamiento de la mesa.