Pretendía ser un acuerdo amplio, con una foto que incluyera a la inmensa mayoría del Congreso (PP, PSOE, CiU, PNV y UPD), pero la manera de gestionar la negociación del Gobierno y los socialistas ha provocado que saltara por los aires. Tanto el partido de Rosa Díez como los nacionalistas catalanes y vascos se han quejado este jueves de que el día anterior, mediante una conversación telefónica, Mariano Rajoy y Alfredo Pérez Rubalcaba pactaran de espaldas al resto de grupos el escrito que fija la posición española ante el Consejo Europeo. El PP y el PSOE pretendían sumar al resto del arco parlamentario salvo la Izquierda Plural y el Grupo Mixto a través de una reunión multilateral. Pero CiU y PNV han declinado la invitación, y esto ha hecho que la convocatoria se anulase. El documento se votará en el pleno del 25 de junio, y pese a los roces de este jueves, es probable que no solo lo apoyen socialistas y populares. Porque el malestar no es por el contenido, sino por las formas.

Josep Antoni Duran Lleida ha sido el primero en expresar su malestar. “Si han pactado un documento, hoy CiU no asistirá a esa convocatoria que nos hacen para comentar su documento. No hemos participado. Se lo han hecho solitos, pues que continúen solos”, ha señalado Duran, que siempre ha sido uno de los grandes defensores de la necesidad del pacto. El portavoz parlamentario de CiU ha lamentado que los dos grandes partidos no entiendan "cómo se hacen las cosas", ya que en su opinión un pacto no se elabora después de una sesión plenaria "en veinte minutos" con los portavoces, sino con tiempo, como han hecho PP y PSOE, que llevan dos días trabajando en este acuerdo. Aun así, el nacionalista ha avanzado que CiU, por sentido común y talante europeísta, votará a favor del documento final que se presente en la Cámara si su contenido le satisface. De hecho, Duran ha admitido que el contenido general del texto, que entre otras cosas pide créditos para las pymes y medidas contra el desempleo juvenil, “está bien”.

"Las cosas no se hacen así"

El PNV también contempla apoyar el texto. “Teníamos que haber estado en la negociación desde el principio. Y no ha sido así. Parece ser que el documento base ya está acordado. Los cosas no se hacen así, pero no estoy diciendo que vayamos a votar que no”, ha explicado su portavoz en el Congreso, Aitor Esteban.

La posición de UPD es algo distinta. Sus dirigentes tampoco están contentos con una manera de negociar que juzgan propia de un bipartidismo ya superado, pero estaban dispuestos a ir a la reunión. Han criticado que se suspendiera debido a la no asistencia de los nacionalistas catalanes y vascos. “Lo que han conseguido es destruir un consenso real. Lo que ahora se ve desde las instituciones europeas es que tal consenso no existe y eso perjudica a España”, ha dicho la diputada Irene Lozano.

Alternativa a la austeridad

Quien no ha cambiado ni un ápice de posición ha sido la Izquierda Plural. Los parlamentarios de IU, ICV y CHA ya dijeron ayer que no pensaban sumarse al pacto. En su caso, los motivos son tanto formales como de fondo. No comulgan con la manera en que se ha negociado, pero tampoco con lo que propone el embrión del acuerdo. En su texto alternativo, piden derogar el pacto de estabilidad, reformar el artículo 135 de la Constitución (el de la modificación exprés del verano del 2011) y renegociar el memorando, entre otras medidas. “La alternativa a la austeridad no la pueden abanderar quienes reformaron la Constitución. PP y PSOE querían que hoy fuera el día de la foto del pacto de Estado, pero va a ser la foto del estado terminal del bipartidismo. La alternativa a la austeridad solo es posible si se reconocen que los derechos de los ciudadanos están por encima de los de los acreedores”, ha dicho el ecosocialista Joan Coscubiela.