Por un momento pareció que el PP estaba dispuesto a obligar a declarar ante la comisión de investigación de la Asamblea de Madrid a los constructores Francisco Bravo y su tío, Francisco Vázquez. Pero el portavoz popular, José Antonio Beteta, pasó en tres horas de amenazar con sancionar a los empresarios si no hablaban, a retractarse y loar su silencio.

Beteta abrió la sesión amenazando al empresario Bravo, que arropó al tránsfuga Eduardo Tamayo, con abrirle un "expediente informativo interno" --Bravo milita en el PP-- si no respondía a la comisión. "El PP no puede tolerar que sus afiliados se nieguen a informar a una comisión de investigación", alardeó Beteta.

El órdago cayó como una bomba en la dirección del PP. Sólo tres horas después, Beteta retiró su propuesta de sanción y llegó a elogiar la "concreción" del compareciente, a pesar de que éste no había respondido ninguna pregunta. Entretanto, el portavoz del PP había recibido instrucciones en el despacho de su jefa de grupo, Esperanza Aguirre.

PROMESA DE MATIZ

Los servicios de comunicación del PP en la Asamblea se afanaron esas tres horas en convencer a la prensa de que olvidara la amenaza de Beteta. Al mismo tiempo, informaban de que el portavoz popular matizaría sus palabras. Se quedaron cortos. Beteta no sólo matizó, sino que pasó de amenazar a elogiar al compareciente por mantenerse en silencio. Los diputados de la oposición prorrumpieron en carcajadas.

"Hace bien en no contestar y no contribuir a esta farsa", opinó Beteta. "El PP le agradece su concreción", añadió el portavoz, que calificó la comparecencia de Bravo como "ética". Acto seguido, dijo que ya no solicitaría al partido "un expediente disciplinario".

TELEMADRID CORTO

Los dos constructores a los que el PSOE relaciona con los traidores Eduardo Tamayo y Teresa Sáez ocuparon ayer el grueso de la sesión. A media jornada, Telemadrid suspendió la retransmisión que mantenía desde el primer día de la comisión de investigación. El PSOE e IU lo achacaron a una orden del PP tras la "rectificación en directo" de Beteta.

Aunque sabían que no respondería, los portavoces del PSOE e IU no renunciaron a inquirir sobre la "afición" de Bravo a "reservar hoteles para terceros". Fue Bravo quien negoció el hotel que usaron Tamayo y Sáez el día que plantaron a su grupo y la habitación en la que pasaron la noche de bodas Paloma García Romero --concejala del PP-- y el militante popular y amigo de Tamayo José Esteban Verdes. Tampoco les contestó sobre el negocio inmobiliario en Villaviciosa de Odón, en el que coincidieron Bravo y Tamayo; ni sobre su relación con el secretario general del PP de Madrid, Ricardo Romero de Tejada.

EL PSOE ASUME EL DESGASTE

Mientras, el líder del PSOE, José Luis Rodríguez Zapatero, admitió ayer que los trabajos de la comisión pueden tener "costes" para su partido, pero apostó por que siga adelante. "Quiero que sea un proceso que dé transparencia al sistema político", aseguró.