El Partido Popular intenta marcar distancias con el expresidente balear Jaume Matas, imputado en el caso Palma Arena y sobre el que pesa una demanda de prisión provisional que eludirá si paga una fianza de tres millones de euros, pero a la vez no deja de dar señales de apoyo a su exmilitante. Paralelamente, los conservadores no dudan en descalificar el auto del juez José Castro.

Entre las muestras de respaldo, ayer destacó la del vicesecretario general del PP en Baleares, Miquel Ramis, quien afirmó que tendría un "tremendo disgusto" si Matas finalmente ingresa en prisión. En una entrevista en Onda Cero, Ramis recordó que entre 1995 y 1999, cuando fue consejero del Gobierno de Matas, este "era un hombre dedicado a su trabajo y que intentaba hacer las cosas bien". No obstante, añadió que si se demuestra que el expresidente balear hizo cosas ilegales, el PP tendría que pedir disculpas a la población.

También subrayó que el auto del juez Castro tiene "poquita carga documental" y no acredita "ninguna conexión" entre el caso Palma Arena y el posible enriquecimiento del exlíder autonómico. En la misma línea, la secretaria general de PP, María Dolores de Cospedal, aseguró en Madrid que el texto con las medidas cautelares impuestas a Matas deja mucho que desear en cuanto a cargas probatorias y, en cambio, contiene "juicios de valor acerca de las actuaciones de las personas" que no se corresponden con la función de un juez.

INVESTIGACION INTERNA Respecto a las imputaciones de otros cargos de la nueva directiva balear del PP, destacó que "estar imputado no significa estar condenado". E informó de que la cúpula popular está llevando a cabo una "investigación interna" para saber lo que "pudiera haber dentro del partido".