Después de 72 horas de silencios llamativos, caos en las declaraciones de los distintos cargos del PP y miedos evidentes a la repercusión que la nueva fase en la que ha entrado el caso Bárcenas pueda tener en la opinión pública, la dirección del partido ha reaccionado y ha forzado la unidad en torno a Mariano Rajoy en vísperas de una nueva declaración judicial del extesorero Luis Bárcenas, que tendrá lugar el lunes en la Audiencia Nacional. Ante la perspectiva de que el exsenador, como se apunta machaconamente desde su entorno, pueda seguir tirando de la manta, deteriorando la imagen del jefe del Ejecutivo y aportando datos --ya se verá si verosímiles o no-- sobre la supuesta financiación irregular y el cobro de sobresueldos no declarados en el PP, los ministros y los dirigentes populares unificaron ayer sus mensajes y salieron en tromba en defensa de la "honradez" de su jefe de filas frente a la "falta de credibilidad" de un Bárcenas que "ha mentido a todos".

A diferencia de lo ocurrido en jornadas anteriores, ayer se vivió un goteo de declaraciones de dirigentes populares y ministros (el único que no dijo palabra sobre el tema fue el propio presidente, pese a protagonizar un acto público en Zaragoza) en defensa de Rajoy, a quien en los llamados papeles de Bárcenas se achaca haber cobrado dinero en negro siendo ministro de José María Aznar.

AMPLIACION DE DEMANDA ¿Ratificará esa versión por primera vez ante los tribunales el extesorero del PP, ahora encarcelado? La incógnita sobre si lo hará o no --en caso de que decida declarar-- se resolverá el lunes, aunque en el partido se cree mayoritariamente que su estrategia de defensa busca "asustar" al presidente a fin de lograr ayuda para salir de la cárcel cuanto antes. Bárcenas tiene interpuesto un recurso en la Audiencia Nacional contra la decisión del juez Pablo Ruz de decretar para él prisión provisional sin fianza y, según parece, considera que el presidente y su equipo tienen capacidad de influir en la decisión de los magistrados. Lo que se da por sentado en la sede de la madrileña calle de Génova es que hará lo posible para derribar a María Dolores de Cospedal. "A por ella sí que va, seguro", apuntan fuentes populares.

La enemistad entre el extesorero y la secretaria general es pública y reconocida por ambas partes. Ella fue firme partidaria de expulsar a Bárcenas del partido desde que se conoció que estaba salpicado por el caso Gürtel , mientras que el vicesecretario Javier Arenas defendía su permanencia o su salida negociada.

Cabe destacar que en la conversación que Bárcenas mantuvo con el director de El Mundo , Pedro J. Ramírez, antes de entrar en prisión, y que fue publicada el domingo, el extesorero acusaba al PP de Castilla La Mancha que dirige Cospedal de haber ordenado el cobro de una comisión de 200.000 euros a cambio de la adjudicación de un contrato municipal en Toledo. Eso ha dado lugar a que la presidenta castellano-machega y número dos del partido haya decidido ampliar la demanda civil que el pasado febrero ya interpuso contra Bárcenas.

EL 'FACTOR AGUIRRE' Y al frente que Rajoy tiene abierto en los tribunales se suma el ataque interno que, una vez más, ha recibido de Esperanza Aguirre, quien pone en duda que su jefe de filas esté actuando como debiera en un caso de corrupción semejante. Aguirre, que se siente apoyada por las bases, ha pedido depuración de responsabilidades, lo que ha provocado un gran enfado en la dirección popular. En público, el vicesecretario de organización del PP, Carlos Floriano, quiso quitarle méritos a la madrileña y a su supuesto interés por dar respuesta a esta crisis. "Yo soy el primer interesado, y el presidente también, en que no haya ni una sombra de duda. No hay más interesados que otros. Estamos igualmente interesados", espetó.

Más allá fue el portavoz adjunto del Grupo Popular en el Congreso, Rafael Hernando, que recordó entre líneas que la organización de Aguirre también ha sufrido los efectos de la trama Gürtel. "No sé a qué se refiere Aguirre, a lo mejor es algo que tiene que ver con el PP de Madrid, pero no tengo ninguna noticia", aseveró.

La Cámara Baja debatirá la petición de comparecencia de Rajoy por este asunto, exigida por la oposición. En principio el PP se opondrá, pero tendrá que explicar por qué se niega a despejar dudas sobre el caso.