El litigio por la sentencia del Tribunal Constitucional sobre el Estatut no es la única trinchera que los dos grandes partidos españoles tienen cavada en el frente judicial. El caso Garzón también los enfrenta, y así lo demuestran sus dirigentes cada día. La situación del magistrado de la Audiencia Nacional no podía, por tanto, quedar fuera del programa del acto organizado por el PP ayer en Leganés. Y no quedó. En un momento de su intervención, Mariano Rajoy, calificó de "inaceptables" las presiones que considera que está sufriendo el Tribunal Supremo por el proceso al juez y pidió "contundencia" al Consejo General del Poder Judicial (CGPJ) ante los "ataques" a ese tribunal, una ofensiva que el líder conservador atribuyó a "destacados miembros del Gobierno, medios de comunicación y otros".

La petición de "contundencia" cobra una especial significación a las puertas de una semana en la que está previsto que el CGPJ estudie la posible suspensión de funciones de Baltasar Garzón.

En el mismo acto del PP, también la presidenta de la Comunidad de Madrid, Esperanza Aguirre, se refirió a este asunto en el contexto de sus críticas generales a los socialistas, a los que acusó de "enturbiar la atmósfera política" y "embarrar el campo de juego" cuando "sienten que van a perder el poder". Aguirre añadió que una de esas "maniobras" socialistas ha sido la aprobación de la ley de memoria histórica "para acabar con la voluntad de reconciliación y concordia que impulsaron la transición y la Constitución". Algunos asistentes al mitin portaban pancartas en las que aludían a la situación de Garzón y pedían la dimisión del rector de la Universidad Complutense, Carlos Berzosa, por haber respaldado actos de apoyo al magistrado.