El presidente del PP, Mariano Rajoy, no solo ignoró ayer los abucheos y el malestar expresado por buena parte de los compromisarios que participaron en el congreso del PP catalán, sino que, ante las reiteradas preguntas de los periodistas, aseguró que él percibió "muy buen ambiente". No obstante, dio su brazo a torcer y aseguró que recibirá a Montserrat Nebrera, tal y como ella reclamaba, con el argumento de que recibe a "todo el mundo", incluso "a los militantes de base". De todas formas avisó de que el PPC es el que debe resolver sus problemas.

Rajoy recordó que la nueva presidenta del PP catalán, Alicia Sánchez-Camacho, hizo un "ofrecimiento" a su rival el domingo y ahora es Nebrera la que puede "aceptarlo o no". Además, aseguró que en la reunión del comité ejecutivo nacional no se habló del congreso del PPC, salvo para felicitar a Camacho. La única que hizo autocrítica pública fue la secretaria general del PP, María Dolores de Cospedal, que en Onda Cero admitió que "todo el mundo", incluido Génova, tuvo "su parte de culpa" en los abucheos a la vicesecretaria de organización, Ana Mato.

Nebrera, a quien Rajoy ni citó en la clausura del congreso del PPC, se mostró ayer exultante al saber que su líder la recibirá. "Es la mejor noticia del día", afirmó. La candidata díscola avanzó que no le pedirá "prebendas ni cargos", sino que aspira a recibir "comprensión" hacia su proyecto. "No voy a buscar un reparto del pastel. Voy a intercambiar opiniones y a saber su opinión sobre el congreso", aseguró.

Además, el dirigente popular desgranó ayer sus condiciones para alcanzar un pacto en financiación autonómica. El líder del PP exigió que el modelo tenga la unanimidad de todas las comunidades --para él "sinónimo de que los ciudadanos recibirán igualdad de trato y los mismos servicios"--; no aumente la carga impositiva de familias y empresas; y no reste poder al Estado para garantizar la cohesión.