La reacción del PP a la decisión de citar a declarar a José María Aznar fue furibunda. Su sucesor en el partido, Mariano Rajoy, contratacó y anunció que los populares pedirán que sea interrogado José Luis Rodríguez Zapatero. "Que deje de esconderse", retó. En rueda de prensa en el Congreso, Rajoy contradijo sus afirmaciones del lunes de que no convocaría al actual presidente y afirmó: "Si se niegan a que comparezcan los periodistas con los que habló Zapatero entre el 11 y el 14 de marzo, no nos quedará más remedio que pedir su comparecencia".

El líder del PP afirmó que su grupo tiene "la certeza" de que Zapatero "hizo llamadas" a varios medios de comunicación. Señaló que no había pedido su comparecencia antes porque pretendía que las personas a las que telefoneó fueran a la comisión y confirmaran la versión que dieron al portavoz popular, Eduardo Zaplana, sobre la actuación del PSOE el día de reflexión.

Zaplana había pedido la presencia del director de un medio de comunicación que no estaba en la lista de periodistas que recibieron llamadas de Aznar atribuyendo a ETA la autoría del 11-M.

Rajoy aseguró que sólo si los socialistas dan luz verde a las citaciones que ha pedido el Grupo Popular se olvidará de pedir que declare Zapatero. El portavoz del PSOE, Alfredo Pérez Rubalcaba, calificó de "pataleta" la petición del PP de que comparezca Zapatero y señaló que eso demuestra que "Rajoy no quería ver a Aznar ni en pintura" ante la comisión. Dijo que su grupo rechazará la comparecencia de Zapatero y no secundará la "treta infantil" de llamar a Rajoy a la comisión.

Antes de saber que debería comparecer, Aznar dijo a la cadena televisiva Euronews, en alusión al PSOE, que "no puede estar tranquila la conciencia de aquellos que utilizaron esos hechos el 11-M para alcanzar el poder". Añadió que él sí está tranquilo.