La fiebre por el revisionismo histórico no tiene límites. El presidente del PP, Mariano Rajoy, lo evidenció ayer al comparar el puño en alto con el que se acostumbra a cantar la Internacional con la mano extendida del saludo fascista. Como era de esperar, al líder conservador no le gustó la clásica fotografía del mitin del PSOE y del sindicato UGT en Rodiezmo (León), con los dirigentes de ambas formaciones cantando el himno, pero al intentar expresar su rechazo no pudo evitar el paralelismo de imaginarse a los suyos recuperando los viejos tiempos de los discursos de Franco en la plaza de Oriente, y se preguntó sobre los efectos de una foto similar con ministros con la mano extendida.

Sucedió en una visita de Rajoy a la sede de la edición digital del diario El Mundo para someterse a las preguntas de los internautas. Cuestionado por la fotografía, recurrió inicialmente a la ironía. "Mientras no me lo estampen en la cara el puño... me da igual", dijo. Y luego cargó contra la ministra de Igualdad, Bibiana Aído, y contra la secretaria de organización del PSOE, Leire Pajín, protagonistas de la imagen junto a un José Luis Rodríguez Zapatero que, como es habitual en estos casos, canta sin levantar el brazo. Rajoy calificó de "triste y antiguo" que personas "que apenas superan los 30 años estén con el puño en alto".

"¿Qué pasaría si apareciese alguno con la mano extendida? ¿Qué dirían? España, por fortuna, está hoy en otra dinámica. La mayoría de la gente está en el futuro", concluyó, tras borrar de un plumazo buena parte de la historia de los siglos XIX y XX. Por si quedaban dudas, y tras ser preguntado posteriormente por si derogaría la ley de la memoria histórica, la tildó de "bastante inútil", y recurrió de nuevo a la misma comparación: "Jamás he tenido un pariente franquista, pero si lo hubiera tenido lo hubiera querido igual. Hay que mirar al futuro".

LA GUERRA DE IRAK En otros temas, sin embargo, el presidente del PP sí gusta de recurrir al pasado. Es el caso de la guerra de Irak y el uso electoral que hizo Rodríguez Zapatero de su oposición a la participación de España en el conflicto. El PP registró ayer la petición de que el presidente del Gobierno comparezca en el Congreso de los Diputados para explicar el papel de las tropas en la guerra de Afganistán, con el fin de comparar uno y otro momento y saldar viejas cuentas.

Rajoy también recordó la dimisión de Narcís Serra como vicepresidente de Felipe González para justificar las acusaciones de espionaje ilegal al PP. Eso sí, reconoció que a él no le han "pinchado el teléfono".