Que Mariano Rajoy estaba ayer envalentonado tras el debate quedó claro cuando, a media mañana,dijo: "Estos en alusión a los socialistas no pueden gobernar en una temporada larga porque han acreditado que no son capaces". O sea, que ya no solo pide un apoyo mayoritario y el voto a los indecisos, sino que reclama respaldo a largo plazo.

En el mitin de Málaga, el candidato popular acabó pegando botes, a demanda del auditorio formado por 3.000 personas, y presumiendo de su estado físico. "Puedo hacer esto porque estoy en forma, pero tampoco me parece lo más apropiado hacer exhibiciones", bromeó.

En la ciudad andaluza, Rajoy dijo que se sentía con "más ganas y más preparado que nunca" para gobernar. "Se necesita un cambio. Y el cambio es otro talante y eso es decir la verdad, tener credibilidad y es ser moderado y no dividir a los españoles", enfatizó el líder conservador en Málaga.