Mariano Rajoy persistió ayer en su empeño de remar en sentido totalmente contrario al tomado por José Luis Rodríguez Zapatero en materia de política fiscal para la vivienda. En un acto con las juventudes del partido, calificó de "ladrillazo" la pretensión del Gobierno de eliminar para rentas medias y altas las deducciones por la adquisición de un piso.

El debate de política general no le sonrió a Rajoy la semana pasada. Al menos, así lo resumió en una encuesta el Centro de Investigaciones Sociológicas (CIS). Desde entonces, el líder de la oposición no desaprovecha ocasión para restañar el daño sufrido en su carrocería política o, al menos, subrayar el mensaje que en el Congreso no supo transmitir. "Zapatero cree que todo se arregla dando billetes", dijo ayer. Puso como ejemplo los 400 euros prometidos en campaña. En cierto modo, reconoció que como táctica es efectista, pero deploró que cuando se trata de política en mayúsculas la estrategia de Zapatero es de "corto plazo, basada en la improvisación y en salir del paso".

No dedicó ni una palabra al caso Camps . Sí, en cambio, al aborto, cuya reforma de ley ha decidido recurrir. No obstante, siguió sin aclarar en que basará el PP su iniciativa judicial para tumbar la nueva norma. Se limitó a deplorar que las adolescentes de 16 años puedan abortar.