El PP lleva años reclamando la revisión del modelo autonómico y Mariano Rajoy, aunque con palabras más suaves que Esperanza Aguirre y José María Aznar, ha insistido en numerosas ocasiones en la voluntad de introducir criterios de «racionalidad» en la estructura y el gasto público del Estado. Hoy, por fin, se sabrá hasta qué punto llegan esos cambios supuestamente «racionales» que se guían por la máxima de «una competencia, una administración» y quieren acabar con las duplicidades entre las administraciones del Estado y las autonomías.

El Ejecutivo ha reservado para el presidente la presentación en la Moncloa del informe, de más de 2.000 folios, fruto de más de medio año de trabajo de la Comisión para la Reforma de las Administraciones Públicas. Este documento incorpora modificaciones de leyes (incluida una de la función pública y un estatuto del directivo público, informa Rosa Paz) y también recomendaciones a las comunidades, un terreno abonado para los conflictos. Según fuentes de la Moncloa, después de hacer la «radiografía más minuciosa» del sector público de los últimos 35 años se han elaborado más de 200 medidas, la mitad destinadas a eliminar duplicidades entre las autonomías y el Estado, y 40 a simplificar procedimientos administrativos.

Esta reforma, reclamada por el sector duro del PP y también por la Comisión Europea, fue una de las primeras promesas de Rajoy para calmar a Bruselas, donde consideran a las autonomías grandes despilfarradoras. El Ejecutivo, en los planes enviados a la UE el año pasado, escribió que las comunidades han duplicado organismos como el Tribunal de Cuentas y el Defensor del Pueblo, «generando costes innecesarios». Por ahora, el Gobierno espera la colaboración de las autonomías y no se plantea medidas coercitivas con las que están asistidas financieramente, como Catalunya.

EJEMPLO A SEGUIR / Con un extenso poder autonómico, el PP tomará nota de los consejos sobre la poda y las pondrá en práctica en las comunidades en las que gobierna con la aspiración de que cunda el ejemplo.

La presentación de hoy -que se completará con más detalles mañana de los ministerios de Hacienda y de Industria- podrá ser blandida por Rajoy la semana que viene en el Consejo Europeo, ya que pasará por el Consejo de Ministros del viernes. Aunque con meses de retraso, intentará mostrarse como un alumno aplicado en una cumbre en la que España confía en beneficiarse de parte de los 6.000 millones para frenar el paro juvenil. Para más adelante quedan otras reformas peliagudas que también reclama Bruselas: la reforma del IVA y las pensiones.