Día 3 de campaña electoral para el candidato socialista a la reelección. En la agenda de Guillermo Fernández Vara un solo acto político. A mediodía en Azuaga. Es domingo y estamos en el mes de mayo. La fecha es importante porque el pueblo anda dividido entre el partido de fútbol, las comuniones y las reuniones familiares en el campo, así que no es de extrañar que sobraran butacas ayer en el Cine Capitol. Pero hay una razón para que el PSOE extremeño programara un acto en un momento tan poco apropiado aún a riesgo de no completar el aforo: cuadrar la agenda de dos presidentes autonómicos, en este caso la del propio Vara y la de José Antonio Griñán. El presidente andaluz, que aunque el 22 de mayo nadie le votará porque los vecinos del sur solo votan esta vez a sus alcaldes, decide hacer un alto en su carrera de apoyo a los candidatos socialistas y se aleja de la Feria de Sevilla para hablar de un asunto que ha hecho saltar alguna que otra chispa entre socialistas andaluces y extremeños: la gestión del agua.

El lugar tampoco es casualidad. Azuaga --donde Alonso Ojeda Muñoz aspira a arrebatar la alcaldía al PP-- es uno de esos municipios que beben de la cuenca del Guadalquivir, la misma que los andaluces reclamaban su exclusividad y que ahora el Tribunal Constitucional ha dado la razón a Extremadura en eso de que los ríos son de todos.

El primero en tomar la palabra al respecto fue Vara: "Los ríos no dividen, sino todo lo contrario. Los ríos unen", dijo en su única alusión al asunto. Griñán, como ya hiciera tras conocer la anulación del TC del artículo 51 del nuevo Estatuto de Autonomía de Andalucía, que regula la competencia sobre la cuenca del Guadalquivir, dijo que respeta y acata la decisión, pero subrayó que es de los andaluces: "es nuestro río", aunque se mostró dispuesto a compartirlo.

Ahí quedó la cosa de un tema, el Guadalquivir, del que se seguirá hablando pase lo que pase el 22-M. Pero no fue lo único de lo que se habló. Griñán, en el que será su único acto político fuera de las fronteras andaluzas, unió la historia reciente de Andalucía y Extremadura. Primero en el olvido y el abandono a los que fueron sometidas en la época en la que sus ciudadanos buscaban el pan en tierras lejanas. Y después, con la llegada de la democracia, en la transformación experimentada gracias, según Griñán, al papel desempeñado por los sucesivos gobiernos socialistas, en los que el elemento diferenciador ha sido la igualdad de todos los ciudadanos en el acceso a una sanidad y una educación "de calidad y para todos".

Socialistas andaluces y extremeños también comparten su visión territorial del Estado: "lo que es bueno para Andalucía y para Extremadura, es bueno para España. Y lo que es bueno para España, es bueno para Andalucía y para Extremadura", subrayó Griñán.

Antes que él había hablado Fernández Vara, a quién el presidente andaluz definió como un tipo "legal, moderado, fiable y formal". Para el candidato socialista el próximo 22 de marzo, "aunque algunos se hayan empeñado en algo distinto", lo que se vota es "si gobierno yo o si lo hace Monago".

Sobre su adversario político lanzó un mensaje a navegantes: si en Extremadura se hubiera aplicado el programa electoral del PP, que es el que se ha desarrollado en la Comunidad Valenciana y Murcia, en Extremadura habría ahora 40.000 parados más.

Vara desgranó su programa electoral, un programa "cívico, incluyente, ético e integrador", válido para desarrollar un "proyecto de mayorías". Y en este punto un nuevo mensaje para quienes estén pensado en los pactos que algunas encuestas vaticinan para formar gobiernos: "si para gobernar tengo que renunciar a los principios de nuestro programa electoral, me voy a mi casa. Si para gobernar hay que hacerle daño a esta tierra, me voy a mi casa".