El fax que llegó a la redacción de El Jueves a las tres de la tarde ayer fue recibido con una sorpresa mayúscula. Era la notificación del secuestro del número 1.573. Jamás en los 30 años de historia de la revista había ocurrido nada similar. "Nuestra publicación no es conocida precisamente por su sutileza, y hemos hecho portadas mucho más fuertes que esta. De hecho, esta es una bastante habitual para nuestros lectores", explicó ayer José Luis Martín, editor del semanario, del que es uno de sus fundadores. En la misma línea se expresó el director, Albert Monteys: "Se ha montado este lío porque ayer por el jueves salió en un programa de televisión".

Lo que debía ser una tarde apacible se convirtió en un frenesí. Aparecieron tres policías para levantar acta y tomar declaración a Martín y Monteys --estos explicaron que el autor material de la portada es Guillermo pero que se trata de una obra colectiva que se pacta en el consejo de redacción--. Los agentes se llevaron también siete ejemplares al juzgado. Unos ejemplares que ya se cotizan a elevados precios en las subastas de internet.

Tras esta visita, que duró una hora y cuarto, hubo gabinete de crisis en la redacción. Había que parar la impresión del próximo número, y cambiar la portada y el editorial, esta vez asesorados por los abogados de la revista. ¿Hará referencia al secuestro? "Por supuesto", respondió Monteys, que aseguró no estar "preocupado". De hecho, atendió a este diario mientras esbozaba la portada. Y añadió: "A partir de ahora, la familia real será nuestro objetivo con más razón todavía, porque se ha convertido en un tema tabú, y nuestro trabajo es romper tabús".

Martín admitió que la publicación siempre vive "un poco al límite de la libertad de expresión porque hace sátira de todo", pero que jamás habían tenido problemas con la Casa Real.