Si en algo se parecen las primarias que se ha inventado el PP con las famosas campañas de Estados Unidos es en que si el aspirante no cuenta con el apoyo del aparato deberá tener amigos con dinero dispuestos a ayudarle. Es decir, con este nuevo sistema se da entrada a la posibilidad de que los lobis empresariales promocionen a un candidato. Y es que, aunque formalmente cualquier militante podría convertirse en candidato, en realidad aquellos que no dispongan del respaldo del partido tendrán muy complicado enfrentarse a los aspirantes apadrinados por la dirección del PP. A no ser que tengan apoyo económico del sector privado para financiarse la campaña.

En el caso del PSOE, aunque el aparato tenga a un candidato predilecto, formalmente pone la maquinaria del partido a disposición de todos los aspirantes para que compitan en condiciones de igualdad.

Antes, según los estatutos que el PP aprobó en el 2004, era la junta directiva del partido la que designaba a los candidatos. Ahora se abre la puerta a que un militante que consiga 100 firmas pueda inscribirse en la carrera, aunque para llegar a ser candidato formal deberá garantizarse el aval del 20% de los compromisarios que asisten al congreso. Otra diferencia es que estos delegados, antes de ser elegidos en listas abiertas por la militancia, podrán anunciar cuál es su candidato. Así, cuando los militantes voten a sus representantes en el congreso, en la práctica estarán apoyando de entrada a un determinado candidato. Eso sí, existirá también la figura del compromisario no adscrito a ninguna candidatura. Y, además, al tratarse de listas abiertas, los militantes conservadores podrán votar a delegados de diferentes candidatos.

Otra novedad de los estatutos aprobados en este congreso celebrado en Valencia es que, "con carácter general", no se podrá desempeñar un cargo territorial y a la vez ser el presidente o secretario general del partido. Pero toda norma está para saltársela, incluso cuando acaba de ser aprobada. Por eso se deberá declarar "compatible" a María Dolores de Cospedal, ya que compaginará la presidencia de los populares en Castilla-La Mancha con la secretaria general del PP.

La supresión en la ponencia política de las menciones explícitas al PNV y de las duras críticas que reclamó la disidente María San Gil han creado malestar en la delegación vasca que asiste al congreso. Aunque el futuro líder de los populares en Euskadi, Antonio Basagoiti, es de perfil más moderado que San Gil, ayer reconoció que le hubiese gustado que el texto definitivo mantuviese alguna referencia clara al PNV, más allá de que en la redacción final persistan los ataques a los dirigentes del nacionalismo vasco por "desvirtuar" con los hechos sus propias condenas al terrorismo.

Basagoti aseguró que el futuro del PP en Euskadi no pasa por "evitar" las críticas al PP, sino que el objetivo es conseguir que "una mayoría de vascos rechace el proyecto rupturista del lendakari Ibarretxe".

En el tema de la lengua, bajo el paraguas del "bilingüismo integrador", insisten en la necesidad de que el Estado "garantice" la enseñanza del castellano.