El Gobierno era consciente de que llegaba al debate del estado de la nación en una situación muy precaria, con cuatro millones de parados, y con la percepción de los agentes sociales, sindicatos y empresarios, de que no podía tomar la iniciativa política frente a la crisis económica. Por ello, la satisfacción del entorno del presidente y del grupo parlamentario socialista era ayer total, al entender que Mariano Rajoy no supo en ningún momento contrarrestar a Rodríguez Zapatero. Ahora, la esperanza es conseguir el apoyo de la izquierda para sacar adelante las medidas anunciadas, pero con la petición a todo el arco parlamentario de que realice un esfuerzo colectivo. Lo reclamó ayer el presidente del Gobierno en la respuesta, en el debate, a los partidos que forman parte del grupo mixto, BNG, CC, Nafarroa Bai y UPD. Zapatero aprovechó en su respuesta a la diputada de CC, Ana Oramas, para anunciar una nueva medida: las aerolíneas que incrementen sus pasajeros se podrán beneficiar de una bonificación en las tasas aeroportuarias.

Sin embargo, Zapatero se vio obligado a defender el Estado de las autonomías, después de que la diputada de UPD, Rosa Díez, insistiera en sus tesis de que los gobiernos autonómicos no garantizan la "igualdad". Para el presidente han sido "un acierto histórico".