José Luis Rodríguez Zapatero inició ayer en Girona la movilización del electorado más sensible a su carisma y que, tal vez, es en estos momentos más refractario al largo proceso estatutario, ya sea por desinterés o por agotamiento. Pidió un "masivo", no solo porque en su opinión se trata "del mejor Estatut de la historia para Cataluña y para España", sino porque con ello los "agoreros" del PP sufrirán una derrota inapelable. Pero le encontró una virtud más a una hipotética abrumadora victoria del . "El Estatut del 2006 será defendido y apoyado por todas las fuerzas políticas catalanas en muy poco tiempo, incluso las que han pedido el no en este referendo", afirmó.

El jueves Pasqual Maragall le reprochaba a Zapatero que tropezara en las mismas piedras en las que lo hicieron Adolfo Suárez y Felipe González (confunden --dijo-- a Cataluña con el nacionalismo catalán), pero todo ello se olvidó ayer. Tanto se cuidaron las frases que el presidente del Gobierno español no se arriesgó. Si avaló el eslogan de precampaña del PSC, por ejemplo, pasó desapercibido. Así, se limitó en su intervención a desgranar el contenido del Estatuto.

VARAPALO Repasó una a una las cuestiones del Estatuto que más enervan al PP. "Me siento orgulloso de que se sitúe al catalán y al castellano al mismo nivel", afirmó, convencido de que por ello no habrá problemas de convivencia en Cataluña. El presidente se fijó también en el controvertido capítulo de derechos y deberes. A su entregado auditorio (el recinto ferial de Girona no es muy grande, pero al final faltaron sillas) le aseguró que tener más derechos es simplemente sinónimo de tener más libertad. Cerró ese apartado con un juego de palabras: "La derecha siempre ha tenido problemas con los derechos".

El caso es que el rechazo del PP al Estatuto era el faro de su intervención y Esquerra, curiosamente, brillaba por su ausencia. Aclaró esa omisión al principio de su intervención, cuando explicó que la dirección republicana simplemente "no se cree" su actual postura contraria al proyecto.