El aval parlamentario al diálogo con ETA no llegará a reflejarse en el marcador electrónico del Congreso. Como anunció hace casi un año, José Luis Rodríguez Zapatero pedirá en el hemiciclo el "respaldo de todos los grupos políticos" para negociar con la banda el abandono de las armas, pero descarta que ese apoyo se traduzca en una resolución unánime de la Cámara. Su temor, según fuentes gubernamentales, es que el PP rechace un texto que fije las condiciones de la negociación con ETA, dinamitando así el todavía frágil consenso sobre el proceso de paz.

El presidente del Gobierno ya ha transmitido sus planes al líder del PP, Mariano Rajoy, que según fuentes populares no ha puesto el menor empeño en que el Congreso vote una autorización del diálogo con la banda terrorista. El resto de los líderes políticos que en las últimas fechas han visitado la Moncloa tampoco han reclamado a Zapatero que la Cámara baja apruebe una resolución sobre los contactos con ETA, conscientes de que sería misión imposible poner de acuerdo sobre un mismo texto al PP y a las fuerzas nacionalistas, singularmente al PNV.

PROPUESTAS La consulta a los grupos minoritarios no es baladí, pues podrían forzar la votación parlamentaria que el Gobierno se ha propuesto soslayar. Ello es así porque la voluntad de Zapatero es anunciar el inicio de las negociaciones con ETA en el próximo debate sobre el estado de la nación, al término del cual los grupos pueden presentar propuestas de resolución. Bastaría con que una de ellas versara sobre el proceso de paz para que el PP presentara su propio texto, con lo que estaría garantizado el disenso que el Ejecutivo se ha propuesto conjurar.

La vicepresidenta primera, María Teresa Fernández de la Vega, ratificó ayer que Zapatero, de haber verificado ya la solidez del alto el fuego, anunciará los contactos con ETA en el pleno sobre el estado de la nación, que el Gobierno prevé celebrar los días 30 y 31 de mayo. Así se lo ha comunicado también a los portavoces parlamentarios el secretario de Estado de Relaciones con las Cortes, Francisco Caamaño, que sólo ha topado con la oposición del PP. En declaraciones a TVE, el popular Eduardo Zaplana rechazó ayer esta posibilidad y acusó a Zapatero de maniobrar para que el debate de la pacificación solape "asuntos de tremenda gravedad", como el Estatuto catalán.

En el debate anterior, Zapatero midió sus palabras cuando prometió "acudir" a la Cámara para "explicar los pasos a dar" antes de entablar una negociación con ETA. Ahora sostiene que sólo le resta "anunciar" la apertura de contactos cuando estime que se dan las condiciones fijadas en ese debate: la "convicción" de que los etarras mantienen "actitudes inequívocas" que indiquen su "clara voluntad de poner fin" a la violencia.

IU-ICV LO DA POR HECHO Ayer, tras entrevistarse con Zapatero, Gaspar Llamazares y Joan Herrera aseguraron que el alto el fuego de ETA ya ha sido "verificado" por el Ejecutivo, por lo que dieron por inaugurado el proceso de paz. A cambio de su apoyo incondicional al presidente, Llamazares y Herrera le arrancaron el compromiso de concertar un nuevo encuentro en la Moncloa. Esta cumbre servirá para que Zapatero y el PSOE pacten con IU- ICV la "agenda social y ecológica" del Gobierno.