Pese a las dificultades que afronta el proceso de paz en el País Vasco, José Luis Rodríguez Zapatero expresó ayer su voluntad de seguir intentando "por encima de todo" que la iniciativa llegue a buen puerto. El presidente apostó por poner todo su empeño para sacar adelante las negociaciones porque, según señaló, después de los fracasos anteriores, ha habido que esperar muchos años y soportar más asesinatos antes de retornar a un punto de esperanza.

Zapatero hizo estas declaraciones durante su intervención final ante el comité federal del partido, que obvió cualquier discusión sobre el difícil momento del proceso de paz. En su discurso inicial de más de una hora, el único abierto a los medios de comunicación, el jefe del Ejecutivo y secretario general del PSOE apenas dedicó una frase al proceso. "Abordamos con determinación, responsabilidad y rigor la oportunidad de poner fin a décadas de violencia terrorista, por medio del diálogo, pero siempre desde la fuerza de la legalidad y el respeto y la máxima consideración a las víctimas", dijo.

ACTITUD "INDECENTE" La mayor parte de los dirigentes que tomaron la palabra en el debate a puerta cerrada lo hicieron para respaldar el proceso y arremeter contra el PP por su "utilización partidista" del terrorismo, actitud que calificaron de "indecente" y "escandalosa". La resolución política, aprobada por unanimidad, insta a "los partidos democráticos, los Gobiernos y el resto de instancias que de un modo u otro ostentan responsabilidades que puedan influir en el proceso" a desempeñarse "con la máxima responsabilidad y ajustando su actuación a la labor que el Estado de derecho y el esquema constitucional les ha adjudicado".

Según todas las fuentes consultadas, nadie sacó a relucir en el debate los últimos actos de violencia callejera ni otros acontecimientos que han sembrado dudas sobre la salud del proceso de paz, como el reciente robo de 350 pistolas en Francia o el presunto envío de una nueva remesa de cartas de extorsión a empresarios. La única alusión a las dificultades que atraviesa el proceso partió del secretario general del PSE-EE, Patxi López, que señaló que el "obstáculo" para la paz son quienes "no asumen las reglas del juego".

El dirigente vasco avisó de que la paz "no vendrá de la mano de la territorialidad y de la autodeterminación", y pidió a Zapatero que desoiga las presiones del PP para que abandone el proceso, porque ello supondría volver a la "situación anterior, de los atentados". El presidente utilizó después este argumento.