«Hemos salido igual que entramos, con la misma incertidumbre. Sin saber exactamente cuándo van a pedir la prórroga y por cuánto tiempo», aseguró ayer César Vizcaíno, presidente del comité de empresa de la Central Nuclear de Almaraz, nada más finalizar la reunión que los representantes de los trabajadores mantuvieron con la junta de administradores de la planta cacereña, en la que están representadas sus tres propietarias: Iberdrola (52,68%), Naturgy (11,29%) y Endesa (36,02%).

Las dos primeras de ellas firmaron el pasado miércoles con la Empresa Nacional de Residuos Radiactivos (Enresa) un protocolo para el cierre de las centrales nucleares entre 2027 y 2035 según el cual el reactor I de Almaraz dejaría de estar activo en el 2027 y la unidad II en el 2028. Vizcaíno arguyó, sin embargo, que estas «no son fechas fijas, sino orientativas, por lo que todavía queda mucho por aclarar», ya que sigue sin existir acuerdo entre las tres propietarias. «Endesa está por la labor de solicitar los diez años de licencia [a partir del 2020] y Naturgy e Iberdrola defienden lo que ya han pactado con el Gobierno», argumentó. Será el próximo martes, aventuró, cuando la junta de propietarios de Almaraz se reúna para tomar la decisión definitiva, si bien consideró que se agotará hasta el final el plazo antes de presentar la solicitud formal, algo que como muy tarde habría que hacer el día 29 de marzo, ya que los dos últimos días del mes caen en fin de semana, por lo que son «inhábiles».

Después de reunirse con la representación de los trabajadores, la junta de administradores mantuvo otro encuentro con el equipo de gobierno del Ayuntamiento de Almaraz, si bien desde el consistorio almaraceño no se entró a valorar «por prudencia» el contenido del mismo, ya que se les ha emplazado a una nueva reunión, también el próximo martes.

Impacto en las cuentas

Fuentes del sector resaltaron ayer que las reticencias de Endesa a cerrar las plantas nucleares antes de que estas alcancen los cincuenta años de funcionamiento tienen su origen en que ese fue el plazo de actividad que la eléctrica utilizó para calcular el periodo de amortización de estos activos, por lo que prescindir de ellos antes tendría un impacto negativo en sus cuentas. Por contra, Iberdrola y Naturgy habrían estimado la vida útil de las centrales en las cuatro décadas. Por este motivo, Endesa seguiría considerando los años propuestos en el protocolo como un «calendario de mínimos», de forma que se cumpla la operación de las plantas hasta las fechas marcadas para, a partir de ahí, «hablar de nuevo» en función de cómo esté «la situación en ese momento».

Desde esta eléctrica únicamente se confirmó ayer que su intención es firmar el protocolo con Enresa el próximo martes, tras su visto bueno por parte del consejo de administración del día anterior —que también abordará el relevo de su presidente, Borja Prado— y se evitó hacer más valoraciones.