Con la llegada del verano, no son pocos los que hacen las maletas y viajan para desconectar. Comer en restaurantes y excederse en el menú es un lujo para la mayoría de extremeños que, tras once meses de rutina, dedican al menos uno a descansar del día a día. Esta realidad parece más que un sueño si toleras todos los alimentos.

La complejidad se impone cuando tu cuerpo por algún motivo rechaza el plato. Es ahí cuando comienza la hazaña. Solo en la región, algo más de 54.000 extremeños adultos sufren algún tipo de alergia a algún alimento. En el caso de los menores la tasa de reacción a ciertos alimentos supera ya el 7% . Estas son las cifras que maneja la Asociación Extremeña de Alérgicos a los Alimentos (Aexaal), que aglutina en el colectivo a unas 500 familias de alérgicos de la región. Aunque la cifra se mantiene estable --ronda alrededor del 5% de la población en la región--, la previsión es que aumente exponencialmente con el paso de los años, según sostiene María Victoria Gil, presidenta de la asociación. "La alergia es una enfermedad emergente", apostilla. De hecho, la Organización Mundial de la Salud sitúa la enfermedad entre las seis patologías más frecuentes y la propia Sociedad Española de Alergología e Inmunología (Seiac) asevera que en menos de una década la mitad de los españoles desarrollará algún tipo de alergia.

Son justo las reacciones a los alimentos las que más han crecido en cifras y en gravedad. En su mayoría, los síntomas más frecuentes son afecciones cutáneas, pero la sintomatología es amplia y registra varios niveles. En el caso de Extremadura, por una cuestión de ubicación geográfica y de producción de alimentos, los casos de respuesta negativa más frecuentes se encuentran en las frutas. Ocupan el 33% de los casos de reacciones, según apunta María Victoria Gil. Como curiosidad, la responsable de la organización apunta que EEUU la alergia más extendida es al cacahuete. En segundo lugar, detrás de la cabeza del ranking se encuentra el rechazo a la leche y al huevo. Más abajo en el escalafón, ocupan las consultas médicas los mariscos, las verduras, el pescado, las legumbres y los frutos secos.

Aparte de las reacciones a los alérgenos presentes en los alimentos más comunes en la dieta, los especialistas detectan la aparición de nuevos rechazos, por ejemplo, Gil destaca que cada vez proliferan más casos de pacientes que repelen los sulfitos presentes en el vino.

Por otro lado y de la mano caminan también las intolerancias, afecciones con síntomas menos reservados que la alergia, pero que al igual que esta enfermedad, cada vez son más comunes. En este segundo caso, la intolerancia a la lactosa y al gluten --lo que se conoce como celiaquía-- se encuentran entre las más recurrentes. En este segundo apartado, Gil también destaca la aparición de nuevas alteraciones como el rechazo a la fructosa, hasta ahora muy poco común.

¿NACE O SE HACE? Por complejo que parezca, la genética juega un papel fundamental a la hora de padecer una enfermedad relacionada con la alergia, asevera María Victoria Gil. Los genes alterados transmiten la probabilidad de sufrir el rechazo al mismo tipo de alérgenos. Es una cuestión matemática de proporción.

No obstante, el aumento exponencial de alérgicos no se sostiene solo con ese factor de base. De hecho, aunque gran parte de los casos de alergias se diagnostican a edades muy tempranas, entre los 4 y 5 años, existen casos de adultos que desarrollan la alergia en su etapa de madurez y sin ningún antecedente hereditario que haya interferido en la posibilidad. En ese sentido, la responsable del colectivo de alérgicos asevera que el aumento de este tipo de casos nacen de factores externos como la contaminación y el desarrollo no sostenible del medio ambiente. Otro factor que pone de relieve es el "exceso de limpieza e higiene personal" que provoca una respuesta exagerada a ciertos alérgenos que en condiciones óptimas el cuerpo debería tolerar como normales.

AVANCES MEDICOS Con respecto al tratamiento que debe seguir tanto un alérgico o un intolerante a algún alimento --Aexaal registra casos de pacientes con multialergias-- pasa por un buen diagnóstico. Gil recomienda que en cuanto aparezcan síntomas de algún tipo tras la ingesta de algún producto determinado lo más adecuado es acudir al médico correspondiente para que determine si se trata de una intolerancia o una alergia. A partir de ahí, el proceso pasa por elaborar una dieta que excluya el alérgeno que provoca la reacción negativa.

No obstante, Gil hace mención a una técnica novedosa que se lleva a cabo en la unidad de alergología del hospital Materno Infantil de Badajoz, que funciona desde el año 2013, y que lleva por nombre desensibilización alérgica o inducción a la tolerancia oral. La técnica pasa por reintroducir el alérgeno mediante un proceso para que poco a poco el paciente tolere su ingesta.