La cifra de alumnos que se incorporan a la escuela cae desde el año 2011 y la previsión es que ese descenso se acentúe y que las aulas extremeñas pierdan 32.000 alumnos en los próximos 15 años. Es lo que apuntan las previsiones del Instituto Nacional de Estadística (INE) que sitúa la cifra de alumnos inscritos en los centros escolares de la región para el año 2029 en 116.865, muy por debajo de los 149.606 que arroja el año 2015. La estimación tiene en cuenta a los menores en la franja de edad de la educación obligatoria, entre los 3 y lo 16 años y el descenso viene alimentado por el doble factor que supone la bajada de nacimientos con el parón en la inmigración y el regreso de los inmigrantes de años atrás. Los principales sindicatos educativos apelan en todo caso a que, de llegar a producirse esa situación, se aproveche para situar las ratios en valores en los que se garantice una atención más individualizada a los alumnos y para devolver a los docentes a las tareas que desempeñaban antes de que los recortes de los últimos años les obligaran a sumir funciones extraordinarias. Asumen, aún así, que la escuela rural sería la que más acusaría este descenso, aunque apelan a conservarla como garante de la supervivencia de los pueblos extremeños

Para el presidente de Anpe Extremadura, Antonio Vera, el escenario que se dibuja es una prolongación de "la bajada de alumnos que se viene produciendo desde 2011 en el segundo ciclo de Infantil y la etapa de Primaria" y apunta a que esta está "muy repartida". En todo caso indica que donde más se podría notar sería en la escuela rural. "Pero en Extremadura sabemos de la especial relevancia de mantener a nuestros alumnos en sus pueblos para la supervivencia, a la larga". Por lo que confía en que ese criterio se tenga en cuenta a la hora de evaluar la supresión o no de plazas de docentes, unidades o centros.

En todo caso, apela a que se planifique "un impulso notable y decidido en el aumento de plantillas" que permita "revertir los recortes anteriores" y "dotar a nuestro sistema de los recursos humanos necesarios e imprescindibles para garantizar una adecuada atención a nuestros alumnos" con el fin de atajar el fracaso y abandono escolar y mejorar los resultados académicos, tanto de las pruebas internas como externas realizadas.

Aún así asegura que el descenso que el INE esboza para los centros de la región y la posibilidad de realizar ajustes se evaluarán pronto, a través de distintas mesas técnicas en las que abordarán lo que denominan "el arreglo escolar" y que incluye unidades jurídicas, plazas, supresiones...

REVERTIR LA TENDENCIA Desde Pide, Alfredo Aranda confía en que, de cumplirse la previsión que arroja la proyección del INE, se traduzca ese descenso en "una ratio más baja", por lo que entiende que esa circunstancia "no debería afectar a la plantilla de profesorado de Extremadura", aunque recurre a buscar fórmulas para "revertir esa tendencia negativa". "En todo caso hay que cogerla con reserva, porque las tendencias siempre pueden cambiar".

Reconoce que la caída abultada de alumnos que se prevé es "un dato preocupante", por lo que supone "que haya menos gente joven", aunque anima a tomarlo con cautela, porque hay muchas variables que podrían llegar a influir en los próximos años en alterar los valores que apunta la predicción del INE.

"No debería afectar a la plantilla de profesorado de Extremadura", asegura y, aunque entiende que sería necesario "reajustarla", plantea aprovechar la circunstancia para "acomodar las ratios a la nueva realidad el profesorado". Eso supondría, según Aranda, que los docentes trabajaran con una media de 18 o 20 niños por aula (ahora están en 25) que considera que podría ser "más adecuada para ofrecer una atención más personalizada". Junto a todo esto, considera que será "importante" ver las políticas del futuro gobierno en inmigración", dice. Estima que si promueven la llegada de inmigrantes, "se equilibraría la situación y se incrementaría la ratio".