Mucho frío. Estas dos palabras no se pueden separar de cualquier anotación, crónica o recuerdo del tradicional desfile de carrozas y comparsas que acogió ayer el Carnaval de Navalmoral. Un frío, que acompañado por un cielo grisáceo y poco fiestero, se coló entre las más de 1.000 personas que desfilaron y la incalculable cantidad de vecinos y visitantes que presenciaron el espectáculo carnavalero más grande de Navalmoral (bien fuera sentados en las sillas colocadas por la organización, subidos a cualquier resquicio que mejorara la visión, o simplemente de pie).

Puntual e incluso rápido comenzó el desfile, y quizás también algo frío (la climatología se impuso al inicio), pero según avanzaba la tarde (el recorrido duró alrededor de tres horas) la música, los elaborados trajes y carrozas, los colores y los ensayados bailes dieron a la cita grande la vistosidad que se merece. Con unas reinas y damas que daban cobijo a las peñas abriendo y cerrando el desfile, el pregonero también quiso estar presente. César Vizcaíno acompañó a su padre, José Vizcaíno, en su tarea de abrir el desfile con su viejo automóvil y su trabuco.

Colores y trajes de tierras americanas se pudieron ver al inicio, tras la carroza municipal de Diversia y los más de 40 niños que se disfrazaron de personajes Disney. Recreaciones aztecas e incas se sucedieron, tomando protagonismo una gran carroza (la de la peña Los Themplarios, que abría el desfile en esta categoría) que representaba un templo. También hubo espacio para el reciclaje, con los participantes de Serrejón, y para conocer el mundo de los elfos y sus danzas.

La segunda carroza fue el cementerio de Faratabailes; tras ellos llegaron las impactantes coreografías de Tornado Dance, que esta ocasión se inspiraron en el ´Moulin Rouge´. La naturaleza tomó el turno con ´Agua y Fuego´, ´Soles de Carnaval´, ´El bosque de las ánimas´ y ´Sólo nos arrastramos por vértigo´ y sus caracoles. En medio hubo un toque culinario con la peña Como tú y su carroza que trasladaba al mundo de los fogones. De nuevo los bailes cogieron el relevo con Ritmomanía y La Cuadrilla; mientras que el mundo lejano llegó de mano del Willy Fog. Las últimas carrozas fueron de Arco Iris y Los Amigos. Mientras que Pequeños Aficionados, Los Mesegueros y Los Santeros ofrecieron un cierre de desfile por todo lo alto, rematado por una batuka de Casar de Cáceres.