El campo escenificó este lunes ante las instalaciones de Cetarsa en Talayuela el plante que van a llevar cabo durante toda la semana para reivindicar que no se eliminen ayudas al sector en el próximo presupuesto de la Política Agraria Comunitaria (PAC).

Representantes de las organizaciones agrarias, Asaja Extremadura y UPA-UCE y de Cooperativas Agroalimentarias de Extremadura comparecieron a las puertas de la industria tabaquera y reclamaron el apoyo de las instituciones y la sociedad para mantener unas ayudas sin las que el cultivo del tabaco será «inviable» y abocará a la desaparición a una actividad que cuenta con 1.400 productores en las zonas de La Vera, El Ambroz y Campo Arañuelo, donde genera más de 4.000 empleos y supone un recurso económico esencial.

«El paro de esta semana es simbólico. Pero si se pierden las ayudas al sector en la PAC y el sector desaparece, también desaparecerá la actividad en estas industrias», ha defendido el presidente de Asaja Extremadura, Ángel García Blanco en declaraciones a este diario. En las plantas de Talayuela y Navalmoral trabajan alrededor de 600 personas.

Los productores de tabaco están preocupados por su futuro, que está en manos de la decisión que debe tomar el Ministerio de Agricultura en el recorte que tiene que llevar a cabo en el número de regiones productoras y que tendrá previsiblemente perfilado a principios del mes de diciembre. Si la región tabaquera no es una de las que continúa, el sector perderá la mitad de las ayudas que recibe ahora (unos 14 millones) y será complicado mantener con solvencia la actividad con precios que van a la baja. «Sin esas ayudas el cultivo es inviable porque no será rentable», señala el secretario general de UPA--UCE, Ignacio Huertas, que recuera la huella de este sector en el norte de la región: «Este es un cultivo social del que dependen muchas familias. Y aquí no tenemos ni la Renault ni la Citröen, aquí tenemos el cultivo del tabaco. Esa es nuestra industria». El impacto de este cultivo en la región es de 139 millones de euros.

«Sin el cultivo del tabaco no existiría toda la industria que se ha creado a su alrededor y los pueblos de la zona comenzarían a despoblarse al no haber empleo», alertó también el presidente de Cooperativas Agroalimentarias de Extremadura, Ángel Pacheco.

El miedo, según alertan los propios productores, es que la reconversión no es fácil, ni rápida, ni barata y además pone en riesgo a otros sectores que tendrían un exceso de producción que saturaría el mercado. «Y en ningún caso se alcanzaría el nivel de empleo que requiere el tabaco», dicen. Pimiento, maíz y tomate serían los sectores candidatos, pero ninguno de ellos precisa la mano de obra del tabaco.