Fitur da el pistoletazo de salida a la celebración de eventos profesionales en España. La Feria Internacional de Turismo, que se celebra cada enero en Madrid, abre la temporada y reactiva al sector de la organización de eventos y congresos, que se está viendo duramente golpeado por la crisis sanitaria provocada por el covid-19. Por eso, este año Fitur se ha trasladado a mayo con la intención de que pueda celebrarse de forma presencial. «Fitur es una referencia a nivel nacional y ahora mismo es también nuestra esperanza en que todo se normalice», cuenta María José García Curto, la presidenta de la Asociación OPC Extremadura, que engloba en la actualidad a cinco empresas dedicadas a la organización de distintos tipos de eventos, ferias y congresos.

«Nuestra actividad ha caído en torno a un 80% en el último año. La cancelación de eventos profesionales está provocando un daño incalculable no solo al sector empresarial como tal, que ha visto reducida su actividad y sus ingresos, sino también a una gran cadena de valor que hay detrás de cada uno de los estos eventos y que forman parten de su compleja organización: organizadores, hoteles, restaurantes, imprentas, espectáculos, traductores, azafatas, instituciones feriales... Y también al turismo, porque cualquier evento es un recurso económico muy importante para el destino que lo acoge. Todos lo estamos pasando mal», añade García Curto.

EL PRIMERO EN PARAR / Desde que se declaró la pandemia la caída de la actividad ha sido «impresionante». El sector intentó desde el primer momento el aplazamiento de eventos antes que su cancelación, pero la evolución de la crisis no lo está poniendo fácil, ni tampoco la disparidad de restricciones en las distintas comunidades. «Fuimos los primeros en parar en 2020; con la suspensión del Mobile World Congress de Barcelona empezó la incertidumbre y las cancelaciones. En ese momento todos pusimos nuestras esperanzas en el otoño y se aplazaron muchos eventos, pero viendo la evolución de la pandemia nos dimos cuenta que en otoño también iba a ser difícil hacer nada presencial y ahí llegaron más cancelaciones y eventos que ya se están posponiendo hasta el 2022, porque hemos aplazado ya tantas veces que mucha gente no quiere volver a empezar con esta incertidumbre». A esto se añade que la organización de estas actividades requiere de mucho tiempo, en algunos casos incluso de años.

En ese contexto, comenzó también a plantearse la celebración de actividades online. «Fue una salida inicial para reconvertir aquellos eventos que ya estaban contratados y ahora en el 2021 se intenta dar una vuelta más y no solo ofrecer algo virtual sino además semipresencial, pero es cierto también que la tendencia es intentar la presencialidad porque ya hay cierto hartazgo. Lo virtual es sin duda una buena herramienta del evento presencial que puede convivir con las restricciones, pero ya hemos visto con la experiencia del año pasado que sin presencialidad se pierde una parte muy importante de estos encuentros: la conexión personal y las relaciones sociales y comerciales no son iguales», añade García Curto.

REINVENTARSE PARA SEGUIR / A pesar de ese inconveniente, la opción online está siendo la mejor salida para mantener la actividad. «Determinadas relaciones comerciales y científicas no se pueden paralizar, por eso hay ferias que se han reconvertido». Es la apuesta de Agroexpo, la feria internacional del campo que se ha celebrado esta pasada semana de forma telemática. «No descartamos en ningún momento que se cancelara, pero creíamos que en estos momentos tan difíciles que estamos pasando es cuando el sector más necesita de un Agroexpo, no podíamos dejar que esta feria pasase sin pena ni gloria», señala José María Naranjo, el presidente del Comité Organizador de Agroexpo. Obviamente se pierde el intercambio personal, pero esta edición es más internacional que nunca: «De esta forma no hay fronteras y eso hace que estemos en todas las plataformas del mundo», destaca Naranjo.

Es una alternativa también para los próximos eventos de relevancia de la región, como la Feria Ibérica de la Alimentación y Tecnología Alimentaria (Fial) o incluso la Feria Internacional de Turismo Ornitológico (FIO). La primera está pendiente de la decisión que se tome en la reunión de su comité organizador que será en febrero: «Valorarán la celebración y forma de la misma, en función de la situación en esos momentos de la pandemia», señalan desde la Consejería de Economía. En el caso de la FIO ya se ha anunciado su celebración en formato virtual del 26 al 28 de febrero, con un «claro protagonismo para Latinoamérica».

TRADICIONES EN PAUSA / Pero además de los eventos profesionales, la pandemia está poniendo en pausa la celebración de fiestas y festejos tradicionales de la región que también son de vital relevancia para el sector turístico. En este caso, el Fitur de las fiestas extremeñas sería el Jarramplas, que también se celebra cada enero en Piornal y que inicia el calendario de las 58 Fiestas de Interés Turístico que tiene Extremadura (dos de ellas de carácter internacional, diez de ellas nacionales y el resto, 46, regionales). Y aunque la pandemia no afectó a esta celebración en el 2020, sí ha obligado a su suspensión este año. «A lo largo de la historia ha habido periodos en los que no se ha celebrado, pero desde que se retomó como la fiesta que conocemos hoy día, en torno a los años 50, jamás se había suspendido excepto un año (en 1969) cuando se produjo un accidente, se cayó un balcón y mató a un vecino del pueblo», cuenta el alcalde de Piornal, Javier Prieto.

Como alternativa, este año se ha recordado la celebración (fue el 19 y 20 de enero) de forma virtual con la exhibición de documentales sobre la fiesta, fotos y vídeos a través de las redes. «Se ha vivido con tristeza porque el Jarramplas tiene mucho arraigo entre los vecinos, pero también por la situación del covid», añade Prieto, que lamenta las pérdidas para el sector turístico y hostelero de la zona que supone el aplazamiento de una fiesta que en los últimos años venía congregando a 10.000 personas en dos días. «Es un revés importante para ellos, porque teníamos hasta turistas internacionales». Aún así esperan poder celebrarla con normalidad en 2022 sin saltarse la larga lista de espera para convertirse en el protagonista. «Hay gente esperando para ser Jarramplas hasta el 2048, un signo del arraigo de esta fiesta».

NI TOROS, CARNAVAL ni SEMANA SANTA / Como este, otros eventos de gran relevancia turística para la comunidad, como los Carnavales de Badajoz y de Navalmoral de la Mata, la Semana Santa (la de Cáceres y Mérida ostentan el título de Interés Turístico Internacional), la Feria del Toro del Olivenza y hasta la Fiesta del Cerezo en Flor de la comarca del Jerte, ya han anunciado que se suspenden también este año por segunda vez consecutiva. «El inicio de la fiesta coincidió el año pasado justo con el fin de semana del confinamiento, solo los agricultores pudieron salir de casa y disfrutar de la belleza de los cerezos florecidos», cuenta Esperanza Izquierdo, técnico de la Oficina de Turismo del Valle de Jerte. «Ya se ha decidido que este no habrá ninguna programación; se debería estar organizando ya, pero no podemos arriesgarnos como está la situación, no queremos aglomeraciones».

La Fiesta del Cerezo en Flor, de interés turístico nacional, comenzó a celebrarse enfocada al turismo a principios de los años 90 y desde entonces no ha faltado un año sin actividades programadas para incentivar las visitas. De hecho, cada año reciben en el Jerte en apenas dos semanas entre 60.000 y 70.000 turistas, lo que supone una importante inyección para las empresas turísticas y hosteleras de toda la comarca. Pero aunque no haya eventos presenciales de promoción, sí «haremos cosas por las redes sociales para recordar la fiesta. Porque independientemente de eso, los cerezos van a florecer con turistas o sin ellos; la fiesta tiene que hacer un paréntesis ahora, pero volveremos», concluye Izquierdo.