Los cines extremeños han extremado las medidas de seguridad para evitar el pirateo, una práctica ilegal que se ha incrementado en las salas de la región en los últimos meses, según advierten sus propietarios. Las redes que se dedican a la grabación ilegal de películas están teniendo muchas dificultades para hacerlo en las grandes ciudades españolas --debido a los métodos de control que existen ya--, por lo que, según indican fuentes del sector audiovisual, las grabaciones se están llevando a cabo ahora en salas de ciudades más pequeñas, aprovechando que las productoras suelen estrenar en todo el país en la misma fecha.

Por ello, la vigilancia en los cines extremeños se ha incrementado y el control para evitar que los espectadores entren en las salas con videocámaras o aparatos para la grabación del sonido es cada vez más riguroso. "Controlamos las salas con todos los medios que tenemos a nuestra disposición", asegura Miguel Angel Caballero, encargado de los Cines Coria. Además, en muchos cines los acomodadores vigilan durante la proyección para evitar que se realice una copia ilegal, advierte Leticia Borrallo, trabajadora de Multicines Alkazar en Plasencia.

GRAVES PROBLEMAS "Las películas ya están en la calle antes de que se estrenen y este es un problema que se deja sentir en la venta de entradas", sostienen los propietarios de los Cines Victoria, en Almendralejo, quienes coinciden con Caballero en que la asistencia de público a las salas se ha reducido, en parte, por culpa de las copias ilegales que se venden en la calle o circulan a través de la red.

Según fuentes del sector, las copias ilegales de los estrenos pueden encontrarse en la calle o en internet sólo unos días después de haberse estrenado --en algunos casos, incluso antes--, una situación que se han convertido en un auténtico quebradero de cabeza para las distribuidoras y el mercado audiovisual.

Pero la grabación ilegal no sólo está haciendo daño a las distribuidoras, ya que la asistencia a los cines de la región se ha reducido considerablemente en los últimos meses, lo que supone un grave perjuicio económico para el sector.

En este sentido, los trabajadores de los cines extremeños han solicitado una mayor cooperación ciudadana, así como el impulso desde las administraciones correspondientes a fin de desarrollar medidas efectivas para luchar contra este tipo de actividades ilegales.

No obstante, el sector coincide en que se trata de un problema que tiene una difícil solución y en el que, aseguran los propietarios de los cines extremeños, poco pueden hacer para evitar que continúe extendiéndose, salvo extremar las medidas de control en las salas.