Aunque en los campos de Tierra de Barros ya pueden verse los primeros remolques cargados de uvas, la verdadera vendimia aún no ha comenzado. La única variedad que se recoge ahora mismo es la uva macabeo para la producción del cava. Vienen con buena calidad porque las uvas están bastante sanas y las viñas apenas presentan enfermedades, según atestiguan algunos agricultores. El resto, las principales variedades del vino extremeño, tiene que esperar. La razón está en el cielo. El retraso está cifrado en unos 20 días porque no existe una buena maduración del fruto.

"Hay unas temperaturas muy altas, sobre todo por las noches ahora en verano, que es cuando las vides deberían refrescar. Y esto está provocando un retraso importante", apunta Isidro Hurtado, agricultor. El año pasado, la uva para cava empezó a recogerse entre el 2 y el 5 de agosto, empezando el resto en torno al día 20. Este año tocará hacerlo casi tres semanas después.

Francisco Javier López, director gerente de la Denominación de Origen Ribera del Guadiana, tiene claro que el retraso obedece al apartado climatológico, "pero de todo el año". El invierno no fue muy lluvioso, mientras que sí ha existido una buena primavera para el fruto. Los racimos no son tan grandes como en anteriores ocasiones y esto puede repercutir también en la producción. "Nuestra estimación es de una ligera reducción de uvas tintas, aunque como contrapartida la uva experimenta unos buenos parámetros de maduración, algo más lentos, y los viñedos, en general, presentan buen aspecto y ausencia de enfermedades, por lo que esperamos una uva de gran calidad".

López señala que es pronto para hablar de cifras estimadas de producción y dice que desde la Denominación de Origen aún no han hecho controles de maduración exhaustivos de la uva blanca y sus variedades autóctonas, precisamente por este retraso conocido.

La organización profesional agraria UPA-UCE sí cifra la producción indicando que será en torno al 10 o 15% menor que la de la pasada campaña, "aunque todo está supeditado a las situaciones climatológicas que tengamos en el periodo de recolección", advierten. Desde este colectivo están especialmente preocupados por el precio que tenga la uva. Señalan que es un año típico donde los costes se han disparado por las precipitaciones de lluvias en primavera, algo que ha obligado a cuadruplicar los tratamientos para paliar enfermedades en las viñas.

La organización UPA-UCE defiende que el precio de la uva compense no sólo los costes, sino también el beneficio propio de la actividad vitícola y "no vemos ningún motivo que justifique una bajada del precio cuando en el mercado del vino este precio está sostenido y sin apenas existencias de producto en cooperativas y bodegas".

BUENA COSECHA Los agricultores se muestran satisfechos por cómo viene la vendimia. Reconocen que la del pasado año fue "excesivamente buena", algo que puede afectar a más descanso de las viñas para este año. Tras la recogida de la uva macabeo para cava, los empresarios comenzarán la recogida de las principales variedades de uva tinta en Tierra de Barros, las tempranillo y garnacha. Después otras variedades autóctonas de uva blanca como la pardina o cayetana. Y, por último, algunas variedades más específicas.

La variedad tempranillo es la estrella de la vendimia de la uva en Extremadura. De los más de 10 millones de kilos de uva destinados a producir vino de Denominación de Origen Ribera del Guadiana, el 64% procedieron de la variedad tempranillo, siguiendo a continuación y muy lejos las variedades pardina (7%) y macabeo (6%), según datos de la campaña del 2015.

El precio sigue siendo otro de los grandes caballos de batalla para los agricultores. "Aquí siempre se suele empezar la vendimia sin saber el precio de la uva", lamenta otro agricultor, Angel Blanco, consciente de los problemas que ha generado históricamente el precio. El grado es esencial y por ello, desde UPA-UCE aconsejan a esperar el momento óptimo de calidad de la uva para sacar el máximo rendimiento por el producto.

Los empresarios de uva están contentos en general por la vendimia de este año, pese al retraso, y sobre todo si miran cómo viene la vendimia de la aceituna, que llega a posteriori. "Viene fatal.

Dicen que será en torno a un 80 o 90% menos que la de la campaña pasada", apunta Isidro Hurtado. Cuentan que hay muchas parcelas que no tienen ni aceitunas. El pasado año, la aceituna vivió una campaña extraordinaria, pero la de este año será nefasta.