El excepcional descenso del tráfico rodado en las carreteras y calles españolas durante el estado de alarma ha tenido su lógica traducción en el gasto en carburantes. En el mes de marzo, el consumo de combustibles de automoción en Extremadura disminuyó un 21,1% respecto al mismo mes del 2019.

Fueron 49.229 las toneladas de gasóleo A y gasolina que se despacharon en la región, frente a las 62.377 que se habían contabilizado un año antes, según los datos de la Corporación de Reservas Estratégicas de Productos Petrolíferos (Cores), lo que supone situarse en la menor cifra contabilizada desde febrero del 2014. Estas estadísticas recogen, no obstante, solo las dos primeras semanas de confinamiento por lo que el descenso del mes de abril será previsiblemente muy superior. De hecho, desde la Asociación Regional de Empresarios de Estaciones de Servicio de Extremadura (Aresex), se estima que la facturación de las gasolineras de la comunidad autónoma ha llegado a situarse en un 25% de la que sería normal, un desplome a causa de la reducida demanda que se ha visto acentuado por el abaratamiento generalizado de estos derivados del petróleo.

La posibilidad de realizar ya viajes dentro de la misma provincia y la progresiva reactivación de la economía están haciendo ahora que las estaciones se muevan alrededor de un 60% de lo que sería habitual, «pero se ha llegado a estar en un 20% o un 25%», asegura Fernando Mena del Pueyo, presidente de Aresex, quien resalta que los datos de marzo apenas recogen aún el impacto de la caída del consumo de carburantes. Ese mes «las tres primeras semanas fueron relativamente normales», esgrime, incluida la primera de estado de alarma, en la que, ante la incertidumbre de la situación, «mucha gente acudió a repostar porque prefería dejar el coche con el depósito lleno», lo que ayudó a sostener la afluencia. Posteriormente, añade, «hay estaciones que no han venido nada, para las que esto ha sido una ruina».

Al ser mucho mayor el descenso del tráfico de vehículos ligeros, es en las gasolinas donde más se deja notar el descenso, con un 30% menos de consumo en la gasolina 95, mientras que el diésel acabó marzo con un 19% de caída y mantuvo algo más el tipo gracias a la actividad del transporte de mercancías por carretera. En cambio, las ventas del gasóleo agrícola —cuya comercialización es ya escasa en las estaciones de servicio convencionales—no solo aguantó en unos niveles similares respecto al año anterior, sino que incrementó su consumo un 20% (de 13.148 a 15.788) para abastecer a un sector primario que no dejó de trabajar.

Obligación de apertura / La Confederación Española de Empresarios de Estaciones de Servicio (Ceees) ha venido criticando estas últimas semanas el limitado número de gasolineras españolas a las que se ha dado libertad de establecer horarios a pesar de su poca actividad. Hasta esta misma semana, cuando se ha publicado la última orden ministerial al respecto, estimaba que seis de cada diez gasolineras españolas estaban en esta situación. La mayor parte de ellas (un 42% del total), obligada a tener los mismos horarios que antes del inicio de la crisis.

Mena del Pueyo considera una «una barbaridad» que se haya obligado a continuar con estos horarios y a asumir los gastos que conllevan pese «a que no había ventas» y a que en ningún momento ha habido problemas de suministro. Sea como fuere, la práctica totalidad de ellas, puntualiza, ha optado por mantener operativos los surtidores, tuviese libertad o no de hacerlo. «La gente ha aguantado como ha podido. Aunque fuera solo unas horas».

«Estupor» en la patronal del sector

Con «estupor» asegura la patronal de las estaciones de servicio abanderadas que ha recibido la resolución dictada el pasado martes por la Secretaría de Estado de Energía en la que se flexibilizan los criterios de apertura de la mayor parte de las gasolineras españolas (más de un 90% de ellas, según el Gobierno). Una decisión que «llega más de dos meses tarde, cuando el daño al sector de la distribución minorista de carburantes ya está hecho y es irreversible», indica a través de una nota la Confederación Española de Empresarios de Estaciones de Servicio (Ceees), para añadir a continuación que «No tiene sentido que cuando la movilidad comienza a repuntar se permita —ahora sí— la reducción de horarios», y no en el escenario de bajada del 90% de los desplazamientos que se produjo durante las semanas más duras del confinamiento.

Igualmente, se critica que «más de la mitad de las estaciones de servicio españolas siguen sin poder disfrutar de libertad plena para establecer sus horarios, al contrario de lo que sucede con cualquier otro negocio en este país». Por último, desde este colectivo se lamenta que «por si fuera poco» las estaciones de servicio «atendidas y seguras tenemos que ver» cómo en la nota de prensa del Ministerio de Transición Ecológica se invita «a los ciudadanos a repostar en gasolineras que están desatendidas, «en lo que constituye, cuanto menos, un enorme ejercicio de parcialidad e irresponsabilidad».