¿Qué pasará en la reunión de hoy sobre el convenio del campo? Ayer nadie daba por sentado ni siquiera que la reunión fuera a celebrarse. Todos acudirán, pero con condiciones, y eso complica que de ella pueda desprenderse algún avance que permita desatascar la situación de bloqueo que vive la negociación desde hace semanas (sin avances sustanciales en las cuestiones clave) y que el martes llegó a la ruptura, después de que los sindicatos se levantaran de la mesa y llamaran a la huelga a los 65.000 trabajadores del sector en la región, entre los días 21 y 25 de mayo.

La única posibilidad de reconducir las conversaciones pasa por el acto de conciliación que se ha convocado para hoy (lo marca la ley como último recurso antes de una huelga) y al que las opas han confirmado que acudirán aunque solo negociarán si antes los sindicatos desconvocan la huelga. «Todos tenemos la obligación de alcanzar un acuerdo y el acuerdo será bueno para todos porque da estabilidad al agricultor y al trabajador y da estabilidad al sector. Pero no se puede negociar bajo una amenaza de huelga», señalaban ayer desde las organizaciones agrarias.

Fue una mañana de mucho teléfono; entre los representantes de las organizaciones agrarias por un lado, los sindicatos, por otro, y en medio de todos ellos, se situó también ayer el gobierno extremeño en busca de puntos de encuentro. Según informó la Junta de Extremadura en una nota, el presidente autonómico, Guillermo Fernández Vara, mantuvo conversaciones con las organizaciones agrarias y los sindicatos «con el objetivo de acercar posturas» y a la vista de que un día antes las negociación había entrado en vía muerta.

Un callejón sin salida

«(Vara) está preocupado porque lo cierto es que la negociación está ahora mismo en un callejón sin salida», señalaban desde los sindicatos, que mantienen que la huelga se celebrará si la reunión de hoy no permite ningún avance en la postura que mantienen las organizaciones profesionales respecto a las tablas salariales. Es la clave por la que la negociación del convenio lleva semanas en punto muerto: si el jornal se fija en 46,28 euros como piden los sindicatos o en 42,62 como proponen las organizaciones agrarias y si se mantienen las 1.768 horas anuales o se eleva a 1.826 como quieren las opas.

«Hemos explicado por activa y por pasiva que los sindicatos no podemos negociar el contenido de un real decreto (el que marca la subida del salario mínimo interprofesional [SMI] desde el 1 de enero de 2019) y que por tanto las tablas salariales se deben ajustar a lo que dice esa ley», mantienen desde los sindicatos. Su postura ayer (y después de la interlocución con el presidente de la Junta) se mantenía en que no habría negociación posible si lo que se planteaba en ella no contemplaba ajustar el jornal a lo que marca el SMI y desvinculado de aumentar la jornada.