Prescindir de intermediarios y de los costes que estos suponen; garantizar la transparencia y la calidad del mercado; o acelerar los procesos de cobro y pago internacionales de forma que puedan realizarse de manera segura en apenas unos segundos. Estos son solo tres de los objetivos que se plantea un innovador proyecto que está desarrollándose desde el departamento de Economía Financiera y Dirección de Operaciones de la Universidad de Sevilla, conjuntamente con la Escuela de Ingenieros de esta misma universidad, y que supone llevar la ‘industria 4.0’ (la cuarta revolución industrial) a un sector económico clave en la economía española, como es el del aceite de oliva. Un alimento del que Extremadura es la tercera región española en producción, por detrás de Andalucía (que concentra alrededor del 80% del total) y Castilla-La Mancha.

El proyecto está basado en la tecnología ‘blockchain’ (cadena de bloques) e incluye la creación de su propia criptomoneda, denominada Olivacoin. «Es la tecnología a la que está mudando el sector financiero por la eliminación de gran parte de los intermediarios que no aportan valor y por su inmediatez, ya que permite que el dinero fluya a una mayor velocidad», precisa Ismael Santiago, profesor doctor de Finanzas en el Departamento de Economía Financiera y Dirección de Operaciones de la Universidad de Sevilla. Entre las soluciones que puede aportar esta tecnología, subraya, está la de «ofrecer una trazabilidad segura y veraz, desde que la aceituna cae hasta que alguien la compra en un supermercado y la consume en su casa». Una cadena, indica, en la que «hay una cantidad enorme de procesos, de tareas y de personas», lo que da pie a que se puedan producir falsificaciones o fraudes en lo que a la calidad del producto atañe. Por contra, este sistema garantiza y certifica siempre cuál es el origen del producto.

En estos momentos se está buscando la financiación necesaria para poder seguir adelante con el proyecto y ya se han mantenido contactos con la Consejería de Agricultura andaluza, Caja Rural de Jaén y con varios centros tecnológicos con vistas a su desarrollo.

La iniciativa surgió a raíz de que, en el 2016, se decidiera el cierre del Mercado de Futuros del Aceite de Oliva (MFAO). Esta entidad, que comenzó a operar en el 2004, aportaba transparencia a este mercado y cumplía con la función de observatorio de precios, dando cobertura y seguridad ante las oscilaciones de los mismos. Tenía un promedio anual de contratos superior a los 100.000.

La implantación del Mercado Blockchain de Futuros del Aceite de Oliva (MB-FAO) comprende tres fases. La primera de ellas es la de conseguir identificar el producto. La cadena de bloques de la criptomoneda permitirá registrar e identificar la trazabilidad del aceite durante toda la cadena de suministros, que comienza con el proveedor inicial y acaba con el consumidor final. Esta identidad digital ‘inteligente’ se creará «mediante una tecnología propia de contabilidad distribuida: segura, veraz, incorruptible y descentralizada», señala este experto. Esta es la fase en la que actualmente está centrado el equipo de investigación, y que se espera tener lista para el próximo 1 de abril.

Tras la configuración de este ‘DNI del aceite’, la segunda fase es la de marcar digitalmente cada tarea y proceso de la cadena global de suministro de este producto en los mercados internacionales. «La tecnología de cadena de bloques que hemos desarrollado permite que todos los agentes que intervienen se puedan comunicar en base a contratos inteligentes», detalla Ismael Santiago. «Si las cláusulas de ese contrato se cumplen, automáticamente se autoliquida sin que haya un intermediador que lo active», apostilla. Eso se traduce, entre otros aspectos, «en la creación de una cámara de compensación, inteligente, automatizada y descentralizada».

De implantarse, afirma, este sistema permitiría agilizar las exportaciones de aceite de oliva, reducir los trámites y el riesgo cambiario que conllevan, y dar rapidez a los cobros y pagos.

Mejoras de eficiencia que afectan a un sector que ha tenido una excelente evolución en materia de comercio exterior durante los últimos años. Entre enero y noviembre del 2017, las exportaciones españolas de aceite de oliva aumentaron más de un 18% respecto al mismo periodo del 2016. En el caso extremeño, totalizaron 58,3 millones de euros. Si se compara esta cifra con la del 2015, el incremento es del 85%.

La última fase de este proyecto busca que Olivacoin pase a ser el instrumento de mercado referente del precio actual y futuro del ‘commodity’ aceite de oliva, viniendo a sustituir al desaparecido MFAO gracias a su tecnología de ‘smart contracts’.

«El propósito fundamental que buscamos es que Olivacoin se convierta en el observatorio de precios del aceite de oliva; que cuando alguien quiera saber el precio del aceite vea cuál es la cotización de Olivacoin», remacha.