El Día de Reyes se vivió en Extremadura más de puertas adentro que fuera de casa. El intenso frío dejó las calles vacías durante casi toda la mañana y solo cuando salió el sol, cerca de la una de la tarde, algunas familias se animaron a salir a la calle para que los más pequeños estrenaran sus juguetes, sobre todo, las bicicletas, triciclos y patinetes que les habían dejado sus Majestades de Oriente. Para todos han sido unos Reyes atípicos, sin ‘resaca’ de la Cabalgata, y con la pandemia presente, sobre todo por las ausencias, aunque los niños son los que menos lo han notado, porque la covid-19 no ha podido con la magia y la ilusión de este día. En las dos capitales de provincia de la región se repitió el mismo escenario: calles con poca presencia de menores con los juguetes. La ola de frío en la región, con temperaturas por debajo de las habituales en estas fechas, y el covid rompieron la típica imagen de otros años.

Para Goretti Oliva, oriunda de Gran Canaria y vecina del barrio de Cerro Gordo, en Badajoz, ha sido un día muy diferente. Cada año viaja a su tierra natal junto a su marido y su hijo de tres años para reencontrarse con su familia en Reyes, pues para ellos este es «el día más especial de la Navidad».

Este año, por responsabilidad, han decidido que lo más adecuado era pasarlo separados, pero eso no ha impedido que abran juntos sus regalos: una videollamada hizo posible que abuelos, padres, hermanas, sobrinos y cuñados se pudieran ver las caras en el momento de desenvolver los paquetes que Melchor, Gaspar y Baltasar, con ayuda de Correos, había dejado para todos ellos.

«Ha sido un poco más triste por no poder estar todos juntos, pero al ver las caras de ilusión de mi hijo y de mi sobrino se nos ha olvidado todo», contaba Goretti. que no ve a los suyos desde el pasado verano. Este año los Reyes Magos les han traído unos magníficos presentes, pero han dejado pendiente el mejor de todos: poder volver a juntarse el próximo 6 de enero.