Han hecho falta varias décadas de reivindicaciones y prácticamente 10 años de trabajos sobre el terreno para que la Vía de la Plata haya comenzado de verdad a prestar el servicio de calidad que su nombre le atribuye. El Ministerio de Fomento abrió ayer al tráfico el último tramo de la A-66 --entre Villar de Plasencia y Aldeanueva del Camino-- que quedaba pendiente en Extremadura. Desde la jornada de ayer, 7 de marzo del 2008, ya es posible atravesar de norte a sur la comunidad autónoma por autovía.

La fecha es histórica y no solo porque su construcción se haya prolongado durante toda una década. También es la segunda gran vía de capacidad --junto a la A-5, que une Madrid y Lisboa-- con la que cuenta la región --a ellas hay que añadir también las autonómicas Navalmoral-Plasencia, Don Benito-Vegas Altas y el primer tramo de la de Trujillo a Cáceres.

Sin embargo, no hubo acto oficial ni inauguración al uso. Ninguna autoridad se hizo la foto cortando el lazo o descubriendo un monolito conmemorativo. Ante la proximidad de las elecciones generales que se celebran mañana, todo fue más sencillo. En torno a las 12.10 la Guardia Civil escoltó a la comitiva de empresarios que han operado en este tramo entre Aldeanueva y Villar, de apenas 14,4 kilómetros, para supervisar por última vez el trazado. Diez minutos después comenzaban a circular los vehículos, primero por el carril en dirección norte, y hacia las 12.40 por el vial dirección sur, hacia Plasencia.

Desde entonces, desde ayer, ya es posible recorrer los 299,7 kilómetros de la A-66 en Extremadura sin interrupciones, en apenas dos horas y media y sin tener que sufrir los problemas de circulación lenta que la abundante presencia de vehículos pesados -según los últimos datos del ministerio de Fomento, el 25% del tráfico que soporta es de camiones-- provocaba en muchos tramos de la N-630. También quedan atrás las peligrosas curvas del Tajo, las travesías por municipios como Aldeanueva del Camino o Cañaveral, el enrevesado tramo del puerto de Baños de Montemayor o los puntos negros de alta siniestralidad del Tajo y Monesterio.

1.100 millones

En total han sido 10 años desde que en noviembre de 1998 comenzaron los primeros trabajos topográficos entre Almendralejo y Zafra, que sería el primer tramo que se abrió al tráfico, en el 2001. Por el camino han aparecido importantes restos arqueológicos --como los de Fuente de Cantos--, la oposición y las protestas vecinales --como la que protagonizaron un grupo de vecinos de Alcuéscar que criticaban el mecanismo con el que se realizaron las expropiaciones-- o los continuos anuncios de retrasos. Según Fomento, en total se han invertido más de 1.100 millones en poner en servicio los 14 tramos en los que se dividió la construcción de la A-66, una cuantía en la que se incluyen la adquisición de terrenos, la redacción de los proyectos, o las medidas de seguridad y vigilancia ambiental.

Ayer los últimos operarios se afanaban en dar los últimos retoques del tramo entre Aldeanueva del Camino y Villar de Plasencia. Hasta el medio día limpiaron y revisaron cada palmo de calzada. Después, la mayoría se concentraba en los restaurantes y estaciones de servicio que hay junto a la N-630 viendo como la autovía absorbía todo el tráfico de la carretera nacional. De hecho, a mediodía era posible viajar por esta vía hasta Aldeanueva sin cruzarse prácticamente sin ningún vehículo.

La actividad en áreas de descanso como la de la estación de servicio y el hostal El Avión era aún intensa. Pero sus propietarios miran hacia el mañana y, aunque con cierto optimismo, no pueden dejar de hablar de incertidumbres. "Seguro que algo afecta a nuestro negocio, sobre todo en los primeros meses. Pero hay que intentar estar tranquilos: la autovía pasa más cerca, porque hace 10 años llevaron la carretera 400 metros más allá de nuestros negocios y nos hemos mantenido a pesar de ello", explica Carlos García, propietario de la gasolinera,

Pasa a la página siguiente