La Consejería de Educación ha remitido a los 117 centros de Secundaria de la región un cuestionario con el fin de elaborar un diagnóstico sobre la violencia en las aulas extremeñas, que, según el escrito que acompaña la encuesta, se considera un problema no alarmante, aunque sí "preocupante".

Según explicó Angel Benito, secretario general de Educación, aún no puede darse una visión precisa de la situación, ya que apenas se ha recibido un tercio de los cuestionarios. Sin embargo, sí indicó que se intuye que la conflictividad escolar "se mantiene o baja", respecto a la situación que se detectó cuando se hizo el estudio anterior, hace dos cursos.

Sin embargo, desde CSI-CSIF, sindicato mayoritario entre los docentes extremeños, su coordinador en Badajoz, Manuel Pascual, aseguró que la violencia "está creciendo, y todos los días se producen algunos casos, aunque no se les dé trascendencia".

Pascual agregó que los profesores se sienten impotentes, ya que cuando se abre expediente a los alumnos que han provocado algún conflicto, como ocurrió en los casos del instituto Albarregas de Mérida, o el de Villagarcía, la Administración educativa "no respalda a los docentes, y da siempre la razón a los estudiantes o a los padres o, simplemente, no contesta".

Así, estos expedientes "son torpedeados desde Educación, y se argumenta que el sistema educativo debe defender a los alumnos, cuando a veces se perjudica a muchos por defender a algunos que generan conflictos".

En lo que sí coincidieron Benito y Pascual es en que la Educación Secundaria Obligatoria (ESO) es la mayor fuente de enfrentamientos y agresiones entre alumnos o entre éstos y los profesores, especialmente el primer ciclo (12 a 14 años). De hecho, y según comentó el secretario de Educación, esto es lo que ha movido a la consejería a centrar la encuesta en este nivel, descartando la Educación Primaria.

Respecto a la iniciativa en sí, el representante sindical mostró su satisfacción porque "en esta ocasión" se tenga en cuenta la opinión de los profesores "cosa que no se hizo en el anterior estudio". Así, serán los docentes los que informen a la consejería tanto del número de conflictos, como de su naturaleza y gravedad, puedan exponer las medidas tomadas para solucionarlos y también las causas que los motivan.

Finalmente, Manuel Pascual afirmó que la decisión de separar a los alumnos en los recreos según niveles educativos ha tenido una influencia muy escasa a la hora de prevenir o disminuir la violencia escolar, ya que la mayor parte de los problemas entre alumnos o con el profesor se producen dentro de las aulas, y las agresiones de padres a la hora de entrada o salida de los centros.