No viven la angustia de los farmacéuticos catalanes a los que la Administración regional, además, les adeuda buena parte de las facturas, pero las farmacias extremeñas también están en apuros tras una nueva bajada de los precios de los medicamentos --y ya son tres este año--, fijada en el último decreto de racionalización del gasto farmacéutico de Sanidad.

Esta nueva regulación, que prioriza la prescripción por principio activo y contempla rebajas de hasta el 70% en los precios de los fármacos desde el 1 de noviembre, reduce los márgenes de beneficios de las farmacias y también la nómima del farmacéutico. Esta rebaja no supone lo mismo para las farmacias que tienen un volumen de ventas importantes que para las boticas que no superan los 150.000 o 200.000 euros de facturación al año. Por ello, para estas últimas, el recién estrenado decreto ley establece una línea de subvenciones que se concederán a partir del 1 de enero para asegurar su continuidad, especialmente en los pueblos. Y es que el decreto reconoce que hay que salvaguardas estas oficinas porque en las zonas rurales "juegan un papel de primera magnitud en la salud de la población".

La Junta estima que unas 25 farmacias de las 680 existentes se podrán beneficiar de esta ayuda, 19 en Cáceres y seis en Badajoz, ya que se encuentran en núcleos muy pequeños. Pero es la tónica general de las farmacias en la región. En Cáceres el 85% de los establecimientos están en núcleos rurales y el 41% en pueblos que no alcanzan los mil habitantes. Esa cifra supone en Badajoz el 15%, pero además otro 35% sobreviven en pueblos de menos de 3.000 habitantes.

La normativa establece que las que menos facturen --siempre por debajo de los 12.500 euros mensuales-- no recibirán más de 800 euros para completar su facturación, pero lo cierto es que ninguna de las extremeñas llegará a esa cantidad. "Aquí la media de la ayuda rondará los 200 euros", señala el presidente del Colegio de Farmacéuticos de Cáceres, Pedro Claros. Y eso poco aliviará a muchas de ellas. "Si yo facturo 9.000 euros, aplican un porcentaje sobre los 3.000 que faltan para llegar a los 12.000 de tope, y me corresponden 200 euros, esto en realidad no compensa nada", dice una farmacéutica en crisis.