La segunda edición de los premios Ceres se convirtió de nuevo anoche en la fiesta del teatro español. Casi 3.000 espectadores llenaron las caveas del mítico teatro romano, que vistió sus mejores galas para la ocasión. Todo ello bajo el regazo de la diosa Ceres, cuya figura resaltó en el escenario gracias a una estudiada iluminación. Música en directo, vestidos y esmóquines coloreaban la arena por la que 11 actrices, las mujeres del César , pasearon para entregar las estatuillas diseñadas por el extremeño Jesús Díaz Machaco , bajo la batuta de Carlos Sobera, el mejor de los maestros de ceremonia, que repitió su éxito del año pasado en el estreno de estos galardones. El director de EL PERIODICO EXTREMADURA, Miguel Angel Muñoz, fue el encargado de conceder el Premio de la Juventud al actor emeritense Pedro Chamizo. Uno de los más emotivos fue el Emerita Augusta, que Núria Espert recibió emocionada en reconocimiento a su trayectoria.

Con la novedosa técnica del mapping , el impresionante frontal del teatro se reconstruyó por piezas, para luego quemarse y hasta transformarse en el fondo del mar. Si el año pasado Sobera inició la actuación con el recuerdo a Carlos Larrañaga, en esta ocasión el homenaje se extendió a diversos artistas desaparecidos en el último año, cuyos nombres fueron proyectados en las cornisas de la escena, algunos de ellos muy cercanos al festival, como Juan Luis Galiardo, Pepe Sancho y Constantino Romero, entre otros.

El primero en recoger su premio fue Paco Azorín, por la mejor escenografía. Le siguieron el diseñador Lorenzo Caprile, Eva Fernández (caracterización) y Pedro Chamizo, el actor emeritense que se emocionó en su agradecimiento. Como ellos, el resto de los premiados (Vicky Peña, Emilio Gutiérrez de Caba, Sergio Peris-Mencheta, etcétera) también arrancaron grandes aplausos, al igual que las actuaciones de Estrella Morente y Dulce Pontes.

La expectación entre los asistentes era máxima. Tras el buen sabor dejado por la gala del año pasado, las entradas para la de este año --que se canjeaban por las de obras de esta edición-- se agotaron en apenas unas horas. Desde entonces, son muchos quienes han intentado conseguirlas hasta ayer mismo incluso.

La polémica sobre el coste de la gala (unos 600.000 euros), cuestionado en los últimos días, se reprodujo ayer en el plano político. El diputado de IU, Víctor Casco, afirmó que suponen "una noche de fastos, de despilfarro y de gasto inasumible". El portavoz del PSOE, Santos Jorna, afirmó que la Junta "intenta vender" los galardones como cultura, "cuando solo es propaganda" y advirtió que la mayoría de los premiados tienen alguna relación con el director del festival, Jesús Cimarro.

Desde el PP, Miguel Cantero, su portavoz en la Asamblea, definió los premios como "una inversión que se hace pensando en todos", pues su repercusión es "muy importante para la cultura y el turismo". Además, lamentó que el líder de los socialistas, Guillermo Fernández Vara, "siga de vacaciones" y le invitó a que "regrese de la playa" y pregunte a los hosteleros y comerciantes por la repercusión del Festival de Mérida y los Ceres.

También a nivel local, lanzaron comunicados criticando la gala el PSOE e IU, partido este último que incluso denunció la "presencia de camiones de gran tonelaje" en el teatro romano. Por su parte, el alcalde, Pedro Acedo, aseguró que "no se puede hablar de gasto. Los Ceres son una de las mejores inversiones que se han hecho en materia cultural y turística por la ciudad de Mérida de los últimos 30 años".

Por otro lado, un grupo de manifestantes se concentraron en la puerta del teatro para protestar contra la gala, convocadas por el Campamento Dignidad, y se mezclaron entre el numeroso público que acudió a ver la llegada de personalidades y autoridades.