Es la primera vez en los últimos seis años --últimos datos disponibles en el Ministerio de Sanidad-- que la región logra reducir el gasto farmacéutico interanual. Hace unos días el director gerente del SES, Ceciliano Franco, estimaba que el gasto en medicinas se redujo en la región el pasado año, con respecto al 2009, un 1%, pero las cifras publicadas ayer por Sanidad recogen una reducción inferior, del 0,47%. En cualquier caso se trata de un ahorro para el Servicio Extremeño de Salud, aunque casi cuatro veces inferior al registrado en el conjunto del país, de un 2,36%. Solo Galicia, Murcia, Ceuta y Melilla, que incrementaron el gasto durante el pasado año, se encuentran en peor posición que la región; el resto de comunidades lograron bajar sus facturas entre el 5,9% del caso de Canarias al 1,4% de Baleares.

En total, Extremadura se gastó en el 2010 casi 357 millones de euros en medicamentos, un millón y medio menos que un año antes. El gasto medio por receta también bajó casi un 4%, pasando de 14 a 13,48 euros. Según Franco, la experiencia de la receta electrónica que ha permitido revisar los tiempos para retirar los medicamentos y la imposibilidad de adquirir un paciente con la misma receta dos o más fármacos bajo el mismo principio activo están detrás de esta reducción.

26 MILLONES DE RECETAS Pero pese al descenso del gasto acumulado, el número de recetas dispensadas continúa creciendo. El pasado año lo hizo un 3,39%, por encima de la media nacional, lo que supuso 800.000 recetas más facturadas en un año, 26,5 millones en total. Esta tendencia muestra por lo tanto que hay más razones detrás de la contención del gasto y está en la política de precios seguida en los últimos meses por el Sistema Nacional de Salud, porque "se sigue prescribiendo mucho".

Este es el motivo que esgrimen los dos presidentes provinciales de los Colegios de Farmacéuticos de la región. La reducción del gasto se debe a la bajada, hasta en tres ocasiones en 2010, del precio de los medicamentos en más del 7,5% en los de marca y del 20% en los genéricos, pañales y productos sanitarios como vendas o gasas. Esta reducción supone también la disminución del margen de beneficios de las farmacias, que además han tenido que doblar su aportación por vender estos productos, lo que supone que "aportamos al sistema ya más que el propio usuario que se lleva el medicamento", coinciden en señalar tanto Pedro Claros como Cecilio Venegas, presidentes de los colegios de Cáceres y Badajoz respectivamente.

Esta bajada de precios, y por lo tanto de márgenes de beneficio, y el aumento de la aportación del sector está debilitando "extremadamente" a la empresa farmacéutica, especialmente a las más pequeñas, que están resultando inviables económicamente. "En la provincia de Cáceres el 45% de las farmacias tienen escasa viabilidad y hemos trasladado esta preocupación al Gobierno para intentar dar salidas a estos profesionales", señala Claros.

Ante esta situación, Venegas recuerda las otras opciones existentes, además de la reducción de los precios, para ahorrar en medicinas: el copago farmacéutico --que el usuario pague más-- o incrementar el presupuesto público. Lo que está claro es que la bajada de precios --habrá otra en marzo-- "no puede ser la solución eterna".