Más de la mitad (54%) de los inmigrantes residentes en España paga entre uno y cinco euros por cada envío que realiza a su país de origen --lo más habitual es enviar entre 100 y 300 euros-- y alrededor del 10 % no paga nada porque son clientes de los bancos o cajas.

En este sentido, el secretario de Estado de Economía, David Vegara, defendió recientemente la necesidad de reducir los costes de envío de las remesas que los inmigrantes remiten al extranjero, "favoreciendo así una utilización lo más eficiente posible".

El secretario de Estado también recordó que las remesas constituyen ya un tercio de los flujos financieros totales a los países en desarrollo, por delante incluso de la ayuda oficial. El Gobierno español, afirmó David Vegara, es consciente de la enorme importancia de este sector en la economía, que precisa medidas que eliminen obstáculos innecesarios y, al mismo tiempo, que faciliten "la prevención del blanqueo de capitales".

A su juicio, es importante promover y conseguir la bancarización y la extensión de los servicios financieros en los países de destino, de manera que "el vínculo entre remesas y sector financiero sirva como palanca del desarrollo". No obstante, el secretario de Estado de Economía matizó que las remesas no pueden constituir "un modelo de desarrollo".

Por otra parte, Madrid es la principal fuente española de remesas hacia América Latina, con más de mil millones de euros enviados en el año 2006. A continuación aparecen las comunidades autónomas de Cataluña, con 673 millones; Valencia, con 408; y Andalucía, con 315. Extremadura es la región con un importe menor.

Según el BID, de seguir las actuales tendencias económicas y demográficas, en tres años las remesas de España a América podrían llegar a los 5.000 millones de euros. En un lustro, el número de latinoamericanos se ha triplicado en España hasta los 1,8 millones de adultos.