Desde que se puso en marcha el servicio de comedor escolar en diez centros para los menores con más necesidades el pasado 15 de julio, los comensales no han parado de aumentar. De los 275 que acudieron el primer día, en la actualidad superan los 400. En concreto, el pasado martes fueron 417 los menores extremeños que acudieron a alguno de los once colegios que disponen de este servicio especial de verano.

La evolución era la esperada, aunque todavía queda lejos de los 640 menores que preveían Cruz Roja y Cáritas, los encargados de gestionar este servicio fruto de un acuerdo entre las consejerías de Salud y Educación, tras la propuesta aprobada en la Asamblea extremeña. "La situación se va normalizando ya con el paso del tiempo. El inicio tuvo que hacerse de forma precipitada para ponerlo en marcha cuanto antes y es normal que poco a poco se vayan sumando más usuarios y se vayan acercando a la cifra inicial prevista", cuenta el presidente de Cáritas Diocesana en Extremadura.

Los diez colegios abiertos han ido ganado comensales progresivamente. El caso más destacado es el comedor de Plasencia, en el colegio La Paz, que ha pasado de dos usuarios el primer día de servicio a 43 el pasado día 30; pero son Badajoz y Mérida los que cuentan con más demanda. Los cuatro centros abiertos en ambas ciudades --CEIP San Fernando, Manuel Pacheco, Dion Casio y Juan XXIII-- abrieron con 80 y 53 escolares, respectivamente, y ya cuentan con 132 usuarios en Badajoz y 53 en Mérida.

En los colegios dispuestos en Cáceres --CEIP Alba Plata y Extremadura-- la demanda se ha mantenido en estos quince días prácticamente sin cambios, pasando de los 52 menores entre ambos centros a los 44 que acudieron el pasado martes. Respecto al resto de comedores, en Almendralejo cuentan ya con una demanda de en torno a 45 personas, en Don Benito acuden sobre 30 niños diariamente y en Villanueva --cuyo servicio fue prestado los primeros quince días de julio por el ayuntamiento-- tienen 27 usuarios.

La próxima semana se celebrará la primera comisión de seguimiento para analizar la evolución del servicio, "pero a la vista de los datos diarios que vamos recopilando, va todo bien", precisa López. Los niños cuentan con tres horas de actividades de ocio repartidas en dos días a la semana, previas al almuerzo, y disponen de cenas y desayunos para llevarse a casa.

El servicio permanecerá abierto durante todo el mes de agosto, en el que se espera que siga creciendo la cifra de asistentes. "Es imprevisible saber a ciencia cierta cómo vamos a evolucionar, pero seguirá creciendo aunque no mucho", añade el presidente de Cáritas, consciente de que esta nueva prestación ha supuesto un trabajo extra tanto para esta organización como para Cruz Roja, pero "lo hemos hecho con ilusión pensando en que resolvemos una necesidad". Esa necesidad que no solo existe entre los menores, los comedores de Cáritas siguen trabajando al máximo este verano. "La crisis tampoco se ha ido de vacaciones este verano", resume López.