El emotivo encuentro entre Jesús Resucitado y Nuestra Señora del Mayor Dolor puso fin ya entrada esta pasada madrugada a una semana cargada de fervor popular y con miles de turistas en las calles de Mérida. Las procesiones del Viernes Santo se celebraron sin problemas y el frío no amedrentó a los fieles que salieron masivamente a la calle para acompañar a las distintas procesiones durante la mañana, tarde y noche; hasta el viento dió una tregua y respeto los desfiles. Aunque parezca pronto, las distintas cofradías comienzan ya a pensar en el próximo año.

Para cerrar los actos procesionales, la Puerta de la Villa de la capital extremeña fue un año más el punto de encuentro entre el Cristo y la Virgen del Mayor Dolor, que salieron de la basílica de Santa Eulalia tras la quema de una colección de fuegos artificiales. Emotivo y bello resultó también el paso por el templo de Diana y la entrada de regreso a su basílica.

Como cada año, el Santo Entierro volvió a acaparar la atención de los ciudadanos, que con absoluto respeto acompañaron al Santísimo Cristo del Calvario y a la Santísima Virgen de los Dolores durante su recorrido procesional la tarde-noche del Viernes Santo.

LA SOLEDAD Al finalizar esta procesión, llegó el momento de la Virgen de la Soledad, sin música. En medio de un impresionante silencio, resultó hermoso verla en su subida por la calle Romero Leal y la zona del templo de Diana, así como a su llegada a la plaza de España y su entrada en la concatedral.

Han sido miles las personas que han trabajado en organizar esta Semana Santa emeritense, y ya empiezan a pensar en la siguiente para lograr que el Vía Crucis sea declarado Fiesta de Interés Turístico Nacional.