PP y PSOE se dieron una tregua en su batalla dialéctica de ayer en la Asamblea para reclamar juntos al Gobierno que implante la gestión estatal del impuesto de patrimonio. Con los votos a favor de ambos grupos parlamentarios y la abstención de IU, salió adelante la propuesta del PP por la que el Parlamento regional insta al Ejecutivo de Rodríguez Zapatero a instaurar el carácter estatal de la gestión, liquidación, recaudación, inspección y revisión de este tributo, "sin cesión de su rendimiento, evitando así la competencia entre las comunidades autónomas en este punto y garantizando el principio de solidaridad entre las mismas que se plasma en la Constitución Española", según recoge la propuesta. De esta forma, sale adelante la fórmula defendida por el presidente extremeño, José Antonio Monago, que viene demandando que sea el Estado el que redistribuya los beneficios del impuesto entre las regiones. La diputada socialista Ascensión Godoy justificó el voto a favor de esta propuesta porque, en su opinión, "los impuestos hay que pedirlos en función de las posibilidades económicas de cada uno", y los socialistas, reiteró, apuestan por los impuestos "como ejemplo de justicia social, con equidad y progresividad".

Desde las filas populares, Beatriz Villalba reiteró que es "imprescindible" que la recaudación lograda con el impuesto "se redistribuyan entre las diferentes comunidades autónomas", con lo que se cumple un precepto constitucional.

Por su parte, el diputado de IU Víctor Casco argumentó que, aunque su grupo está a favor de este tributo, se ha abstenido en la votación al rechazar el PP una enmienda en la que pedía que el mínimo fijado para empezar a cotizar en base a este impuesto se rebajara a 500.000 euros.

Fue el único punto de encuentro entre socialistas y populares en el debate de ayer en la Asamblea, en el que el secretario regional del PSOE, Guillermo Fernández Vara, empezó dando la "bienvenida" a Monago al diálogo social porque "los sindicatos ya no son paniaguados sino entidades con sentido de Estado", y acabó tendiéndole la mano para ir a Madrid a reclamar al Gobierno el pago de la deuda histórica, atendiendo una reclamación de Monago. En medio del cruce dialéctico, le reprochó al jefe del Ejecutivo regional que "no hay un discurso catastrofista y revisionista porque eso siembra desconfianza". A su juicio, "no se le puede meter a la gente el miedo en las entrañas, hay que buscar ingresos y no solo recortar y recortar, lidere usted esta región, porque si sigue empeñado en hacer oposición a la oposición, tendré que hacer oposición a la oposición de la oposición".

La réplica de Monago comenzó con una confidencia: "Sé que usted señor Fernández Vara, en la intimidad se arrepiente por no haber hecho más de una cosa por disciplina de partido". En cualquier caso, le espetó: "Ayude a este Gobierno. Usted me pidió ayuda para el Pacto Social y Político y se la di; ayuda para el cheque de la financiación autonómica, y se la di; para aprobar la ley de educación, y se la di; para el Estatuto de Autonomía, y se la dimos; arrime el hombro por Extremadura y haga aportaciones. Sé que va a ser difícil, pero le espero en el camino". Además, acusó a Vara de haberse gastado los 170 millones de la deuda histórica sin haberlos recibido y de no haber atendido tres llamadas para acudir a reuniones sobre el corredor ferroviario Eje 16, el plan de empleo y las Medallas de Extremadura.

En medio de todo, IU, que se veía como "el vecino que acaba de llegar, que tiene pareja y que no quiere nada con ninguno de los dos".